Cómo lidiar con la frustración después de los 40: consejos para mantener la calma y el equilibrio

La frustración es una emoción común que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Puede ser desencadenada por una situación específica, como una discusión con un ser querido o un problema en el trabajo, o simplemente puede ser una sensación generalizada de insatisfacción con nuestra vida.

Después de los 40 años, las mujeres podemos enfrentarnos a una serie de desafíos que pueden aumentar nuestro nivel de frustración. Por ejemplo, podemos sentirnos estresadas por el equilibrio entre nuestra vida profesional y personal, el cuidado de nuestros hijos adolescentes o la carga del cuidado de los padres mayores. Además, podemos sentirnos presionadas por las expectativas sociales sobre cómo debemos vernos y sentirnos a nuestra edad.

Si bien la frustración es una emoción normal y comprensible, si no se maneja de manera adecuada, puede tener un impacto negativo en nuestro bienestar físico y emocional. Por lo tanto, es importante aprender a lidiar de manera efectiva con la frustración después de los 40 años. Aquí hay algunas sugerencias:

Acepta tus emociones: La frustración es una emoción normal y comprensible. No intentes negar o reprimirla, ya que eso solo la hará más poderosa. En su lugar, acepta que te sientes frustrada y permite que la emoción fluya. Esto te ayudará a liberarla de manera saludable en lugar de permitir que se acumule.

Identifica la fuente de la frustración: A veces, la frustración puede ser causada por una situación específica o un problema concreto. Intenta identificar la fuente de tu frustración y pregúntate si hay algo que puedas hacer para resolver el problema o mejorar la situación.

Haz ejercicio: El ejercicio es una excelente manera de liberar la tensión acumulada y reducir el estrés. Además, libera endorfinas, las hormonas de la felicidad, lo que puede ayudarte a sentirte mejor. Trata de hacer al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico moderado, como caminar rápido o nadar, al menos tres veces por semana.

Practica la meditación o la respiración profunda: La meditación y la respiración profunda son técnicas de relajación que pueden ayudarte a calmar la mente y reducir el estrés. Puedes practicarlas en cualquier momento y en cualquier lugar, y no requieren ningún equipo especial.

Haz una lista de cosas por las que estás agradecida: La gratitud es una emoción positiva que puede ayudarte a sentirte mejor y a enfocarte en lo bueno de tu vida en lugar de en lo que te hace sentir frustrada. Haz una lista de cosas por las que estás agradecida y léela regularmente para recordarte de todas las cosas buenas que tienes en tu vida.

Habla con una amiga o un terapeuta: La frustración puede ser más fácil de manejar si tienes a alguien con quien hablar y desahogarte. Habla con alguna amiga en quien confíes o considera la posibilidad de ir a terapia para obtener apoyo profesional.

En conclusión, la frustración es una emoción normal que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Si te enfrentas a la frustración, recuerda que tienes herramientas para manejarla de manera saludable.

Cómo cultivar la amistad después de los 40: consejos para mantener relaciones duraderas y significativas

La amistad entre mujeres es una de las relaciones más importantes que podemos tener a lo largo de nuestras vidas. A medida que maduramos, es posible que nuestras amistades cambien y evolucionen, pero eso no significa que deban desaparecer.

Después de los 40 años, las mujeres pueden enfrentarse a una serie de desafíos que pueden afectar su vida social, como la maternidad, el trabajo a tiempo completo, el cuidado de los padres mayores y otros compromisos. Estos desafíos pueden hacer que sea más difícil encontrar tiempo para salir con amigas y mantener la amistad.

Sin embargo, la amistad entre mujeres es una de las cosas más importantes que podemos tener en nuestras vidas. Las amigas nos brindan apoyo emocional, nos ayudan a enfrentar los altibajos de la vida y nos proporcionan una red de apoyo en momentos difíciles. Además, pasar tiempo con amigas puede ser una forma divertida de desconectar del estrés de la vida cotidiana.

Entonces, ¿cómo podemos mantener nuestras amistades con otras mujeres después de los 40 años? Aquí hay algunas sugerencias:

Acepta que la amistad cambia: No te desanimes si tu grupo de amigas cambia. La vida cambia y es posible que algunas de tus amigas se muden, tengan hijos o se enfoquen en otras cosas. Eso no significa que ya no sean tus amigas; simplemente significa que la dinámica de la amistad ha cambiado.

Aprovecha las nuevas oportunidades: A medida que avanzamos en edad, podemos tener la oportunidad de conocer a nuevas personas a través de nuestro trabajo, nuestras actividades de tiempo libre o nuestras responsabilidades familiares. Aprovecha estas oportunidades para hacer nuevas amigas y ampliar tu red social.

Mantén el contacto: Aunque puede ser difícil encontrar tiempo para salir con tus amigas, es importante mantener el contacto regularmente. Puedes hacer una llamada telefónica o enviar un mensaje de texto para ver cómo están y recordarles que sigues pensando en ellas.

Para concluir, la amistad entre mujeres es una de las cosas más valiosas que podemos tener en nuestras vidas. A medida que pasa la vida, puede ser más difícil encontrar tiempo para salir con amigas y mantener la amistad, pero con un poco de esfuerzo y compromiso, es posible mantener y cultivar estas relaciones importantes. Así que aprovecha cualquier oportunidad que tengas para pasar tiempo con tus amigas, ya que te brindarán apoyo emocional, diversión y una red de apoyo en momentos difíciles.

No todo lo que brilla es oro…

No todo lo que brilla es oro

¿Te ha pasado alguna vez que tomas una decisión creyendo que realmente es la mejor, solo para darte cuenta que te dejaste llevar por algo trivial en lugar de algo significativo?

El casarte con un hombre sólo porque es guapo o rico, ignorando su forma agresiva o dominante de ser, o el aceptar un trabajo por el gran sueldo y prestaciones haciendo ojo ciego a la filosofía de la empresa en la que te estas metiendo, son dos ejemplos comunes de momentos en que un “brillante” exterior nos vuelve ciegas a la realidad de una persona o suceso.

La mayoría de las mujeres reaccionamos con frustración y un sentimiento de sentirnos “atrapadas” por la circunstancia.  Muchas otras se sienten víctimas de la vida por “empujarlas” a tomar la decisión incorrecta. Algunas simplemente deciden salir huyendo de la situación sin pensar dos veces en las posibles consecuencias.

Mi vivencia es que todas las decisiones que he tomado y de las cuales tarde o temprano siento que no son la mejor porque el brillo falso de las mismas me “hechizó”, han resultado ser una pieza importante en mi aprendizaje para convertirme en una mejor versión de mi misma.

Eso sí, NINGUNA vez esto ha sido evidente inmediatamente.  Han llegado a pasar meses, años y hasta décadas antes de ver cuál fue el verdadero papel de esa experiencia en mi crecimiento interior.

Esto no quiere decir que te sugiero que cuando te sientas en medio de una relación dañina o un trabajo agobiante, te quedes ahí esperando el mensaje que la vida te tiene.

Lo que si te invito es a no ser tan dura contigo misma cuando te das cuenta que podrías haber tomado otra decisión sobre cualquier circunstancia; y cuando esto suceda procures dar un pequeño paso hacia atrás y ver el para qué elegiste ese camino, como puedes hacer para disfrutarlo y no sufrirlo mientras cambias nuevamente tu dirección y enfocarte en seguir enriqueciendo tu vida con todo tipo de experiencias.

¡Porque finalmente TU eres la suma de TODAS tus experiencias!

40ymas el Libro

El club de los corazones rotos

“¡Es que me rompió el corazón!”… ¿Cuántas veces hemos dicho esta frase o se la hemos oído decir a alguna amiga? ¿Cientos de veces quizá? ¿O es que no es acaso la frase más usada por muchas mujeres cuando sentimos que somos “víctimas del desamor”?

¡A fin de cuentas es el tema de una infinidad de canciones, poemas, libros, series de televisión y películas!

Bueno, pues les tengo una buena noticia: ni somos víctimas, ni existe el desamor, ni nuestro corazón se puede romper.  A menos que nosotras ELIJAMOS que así sea.  Y la verdad es que no creo que ninguna de nosotras desee conscientemente “sufrir” de esa manera si tiene la opción de no hacerlo.

El entregarse plenamente en una relación (en este caso hablemos de una relación de pareja, aunque se puede tratar de cualquier tipo de relación) es una de las experiencias más bonitas que cualquier persona puede vivir, siempre y cuando estemos dando amor por la felicidad que nos causa darlo y no por que esperamos algo especifico a cambio.

El amor no se puede medir.  No es como la leche o el pan.  No viene en litros o en kilos. No te doy un kilo de amor esperando que me regreses mi kilito cuando yo lo necesito.  Si sientes que el amor se trata de eso, de un “te doy si me das…y si me lo quitas me muero”, probablemente lo que estás viviendo no es amor sino un enamoramiento (en+amor+miento).

Cuando damos nuestro amor realmente a alguien incondicionalmente es cuando lo hacemos por la experiencia que el dar amor nos hace sentir a nosotras y no solamente a nuestra pareja. Y como en el dar esta el recibir, esa experiencia de dar amor nos llena, nos completa, nos satisface.  Es la experiencia de DAR amor lo que logra que sintamos esto y no lo que la otra persona hace o deja de hacer.

Por eso si estas en una relación y de repente tu pareja decide que quiere terminar, es imposible que tu corazón “se rompa”.  Se romperá tu lazo con esa persona y se romperá la oportunidad de experimentar el darle amor a esa persona.  Eso te puede poner triste, y es normal, pero tu corazón sigue ahí a pie de cañón.

Tu corazón siempre está listo para que le des otra oportunidad de amar mucho y disfrutar de dar amor infinitamente. Porque para eso tenemos corazón y ese es precisamente su trabajo: ¡AMAR INCONDICIONALMENTE!