El poder de la solidaridad

¿Recuerdas cuando eras una niña y oías hablar del muro de Berlín? Yo recuerdo muy bien que era algo que muchos de nosotros jamás imaginamos que pudiese llegar a desaparecer; y si alguien nos hubiera dicho que un día ese muro sería derribado ladrillo por ladrillo por un pueblo cansado de la situación en la que vivían, jamás lo habríamos creído.

¿Y recuerdas el régimen del apartheid en Sudáfrica? La mayoría de nosotros teníamos bien claro que ese régimen y todo lo que representaba era algo muy malo, pero nunca imaginamos que los africanos lograrían poner fin al apartheid sin derramar ni una sola gota de sangre.

De la misma manera muchos crecimos pensando que sería imposible derribar la cortina de hierro y dar término a la guerra fría. Pero cuando Gorbachov fue forzado a aceptar la Perestroika y la Glasnost nos dimos cuenta de que no solo era posible, sino que era una realidad.

¿Y todo esto que nos demuestra?

¡Que todo puede parecer imposible hasta que NOSOTROS lo hacemos posible!

En una situación adversa hasta el último momento la derrota siempre parece ser inevitable; y el poder más eficaz que tenemos contra el fracaso es el poder de la solidaridad: el poder de combinar fuerzas y energía para actuar colectivamente, para fomentar la unión y la ayuda, y para cuidar los unos de los otros.

Hemos sido testigos del poder de la solidaridad una y otra vez cuando un país sufre debido a un desastre natural como sucedió con el terremoto de México en 1985, el tsunami en Indonesia en el 2004 y este año con los trágicos terremotos en Haití y Chile (y más recientemente el rescate de los 33 mineros atrapados en Chile).

El poder de la solidaridad no aplica solamente a nivel país, sino también a nivel personal.

A nivel personal cada una de nosotras tenemos nuestro muy íntimo “muro de Berlín” o “apartheid” o “cortina de hierro”. Una vez que lo hayas identificado, busca el apoyo de las personas que más amas y disfruta derribándolo usando el extraordinario poder de la solidaridad.

Te invito de todo corazón a que cada vez que te encuentres ante una situación que parece que “no tiene solución” recuerdes que la solidaridad y el amor hacen la fuerza y ayudan a abrir un mundo infinito de posibilidades.

¿Cómo afrontar los contratiempos?

Afrontando las adversidadesForrest Gump tenía razón. La vida es como una caja de chocolates. En ella hay una variedad de sabores que van desde lo dulce, pasando por lo acaramelado y llegando hasta lo amargo. Es posible que no nos gusten todos los chocolates que vienen en la caja, pero aún así tenemos que lidiar con ellos.

Hay muchas palabras para describir lo que sucede cuando no conseguimos lo que queremos. Algunas personas usan el término “fracaso”, aunque esa palabra se utiliza muchas veces en el contexto equivocado. Otras usamos palabras como “fiasco” ó “estancamiento”.

Llámalo como quieras, pero a fin de cuentas estos contratiempos son los baches de la carretera de la vida.

Piénsalo así: Si la vida fuese siempre fácil, seríamos personas muy mal equipadas para enfrentar las verdaderas desgracias. ¡Al primer problema serio nos convertiríamos en las mejores candidatas para un manicomio!

¿Alguna vez has visto las manos de un granjero? Su piel es arrugada y oscura. En sus manos existen áreas endurecidas debido a su arduo trabajo manejando cuerdas y equipo pesado. Estos callos se han formado naturalmente como resultado de su trabajo, de manera que la próxima vez que lo necesite, sus manos no se lastimarán al manejar las cuerdas y el equipo.

Y bien, las adversidades funcionan de la misma manera que los callos del granjero: las necesitamos para convertirnos en mujeres más fuertes y más completas. Es parte de esta aventura que es vivir.

Estos son tres consejos que te ayudarán a mantenerte enfocada y a afrontar los contratiempos con éxito cuando estos llegan a tu vida:

Identifica a alguien que te ayude en tiempos difíciles

Con la ayuda adecuada, es mucho más fácil recuperamos de los fracasos. No siempre es fácil hacerlo sola, pero cuando tienes a alguien a tu lado esto puede suavizar los baches del camino y te ayuda a mantenerte en movimiento y con una actitud positiva.

Esa persona puede ser una amiga ó amigo, tu pareja, un familiar ó un consejero. Su papel es ser tu “caja de resonancia”. Cuando lo necesitas esa persona está ahí para ofrecerte consejos que te ayudarán a que retomes tu camino. El ó ella es el contrapeso para mantener tu vida en equilibrio.

Pon la situación en perspectiva

Parte del proceso de recuperarse de una pérdida ó un fracaso es poner la situación en la perspectiva correcta.

Analiza la situación como analizarías el perder una carrera: has perdido la carrera, porque no practicaste lo suficiente ó porque los otros corredores fueron mejores. En ese caso la solución es practicar más ó incluso pedir consejos a otros corredores.

Busca el lado positivo para encontrar las respuestas del por qué de los contratiempos. Si es necesario, escribe una lista de los aspectos positivos y negativos.

No te permitas darte por vencida

Cuando te enfrentas a una adversidad, por difícil que esta sea, ¿te sentirás mejor renunciando? ¡Por supuesto que no! Si lo haces te estarías hundiendo en el mismísimo fracaso.

Tomar las riendas de tu vida tan pronto como te sea posible es la clave para recuperar la confianza en ti misma y la voluntad para intentarlo de nuevo.