¿Cómo encontrar el amor verdadero?

Este artículo no es un guía “Cosmo” para encontrar novio.  Hoy no hablaré de que ropa y maquillaje usar para atraer a un hombre a tu vida.

Esta es una reflexión sobre cómo podemos alcanzar el amor verdadero: esa fuerza renovadora que mantiene la armonía en nuestra vida y que es la esencia pura de lo que cada una de nosotras somos.

Para empezar no hay que confundir el enamoramiento con el verdadero amor.

El enamoramiento es una forma del apego que conduce a la dependencia.  Es eso que nos hace sentir que “no podemos vivir sin el otro”, igual que un alcohólico no puede vivir sin la bebida o un drogadicto sin las drogas.  El enamoramiento es como un bastón que usamos para apoyarnos en la otra persona en lugar de llevarla a nuestro corazón para liberarla y liberarte tú misma.

El verdadero amor tiene una propiedad fundamental que es la libertad y SIEMPRE lleva a la libertad.

Para alcanzar el amor verdadero debemos confiar en nuestra verdad y seguir todo eso que nuestro corazón nos dicta:

  • No tengo que convertirme en la modelo de los sueños y deseos de los demás
  • No tengo que ser ni más ni menos de lo que SOY
  • Tengo el derecho a crear mi propia vida
  • Si no me amo a mi misma no voy a encontrar a nadie que me ame verdaderamente – ya que el amor produce amor
  • Si me amo voy a encontrar el amor; y si no me amo voy a encontrar un gran vacío
  • Si me acepto a mi misma puedo cambiar aquello que no me sirve, ya que ¡la vida es cambio y el cambio es vida!

¡Amemos de verdad y a disfrutar del AMOR!

Hay que arrimar el alma

Hoy comprobé dos cosas fascinantes:

1. Que la inspiración que nos invita a vivir felices y en amor se encuentra en todas partes, pero depende de nosotras el elegir abrir o no nuestros corazones y nuestros oídos para escuchar y recibir el mensaje.

2. Que después de los 40 años de edad esta clarísimo que apreciamos la vida de una manera muy distinta a como lo veníamos haciendo hasta ahora, y tenemos la experiencia y sensibilidad suficientes para escuchar la inspiración que nos llega de formas diversas: en un bello atardecer, en la sonrisa de un niño, en la letra de una canción…

Probablemente muchas de ustedes, mujeres de más de 40, conocen al cantante mexicano Emmanuel quien se hizo particularmente famoso en la década de los 80s con canciones como “Tú y yo”, “Seguía lloviendo afuera” y “Quiero dormir cansado”.

Una de las canciones más famosas de Emmanuel es “Hay que arrimar el alma” del famoso compositor español Manuel Alejandro, la cual yo no había escuchado desde hace más de 20 años – hasta hoy.  La debo de haber oído infinidad de veces cuando era una adolescente, pero nunca la escuché realmente, y hoy que lo hice me conmovió.

Me emocioné al escuchar esa voz tan familiar y que me trae tan bonitos recuerdos de mi adolescencia diciéndome eso que dentro de mi sé muy bien pero que en medio del “drama” que a veces insisto inconscientemente en hacer de mi vida es fácil olvidar: para experimentar el amor, pero amor del bueno, ese que sale de lo más profundo de nosotras, ese que no tiene límites ni restricciones, ese que llena nuestra vida entera… simplemente HAY QUE ARRIMAR EL ALMA.

¡Sí, el ALMA! Todo, absolutamente todo lo que representa el amor esta en nuestra alma, ya que el alma contiene nuestra esencia pura que es la del amor.

El amor que es libre y puro: el amor de pareja, el amor a nosotras mismas, el amor a nuestros hijos y nuestros padres, el amor a nuestros amigos, el amor a los demás, el amor a la naturaleza.

Es el alma quien nos inspira a tener pensamientos y a actuar de una manera que nos hace expresar y experimentar el amor.  Si solamente PENSAMOS en amor y HACEMOS cosas para sentir amor no es suficiente: el amor es un estado del SER, no del HACER.

El mensaje está ahí. ¿Quién quiere escucharlo?

Tu voz: La amistad a los 40ymás

Amistad, divino tesoro.

Algo que a la mayoría de las mujeres nos sucede después de los 40 es que nos damos cuenta de que la vida es cambio.

Todo, absolutamente todo lo que se encuentra vivo, está sujeto a constantes cambios.  Si algo no cambia continuamente es simple y sencillamente porque está muerto.

Uno de los terrenos en los que notamos cambios infalibles cuando llegamos a los cuarenta es en el de nuestras relaciones, tanto con nuestra familia como con nuestros amigos.  A esta edad redefinimos lo que el amor y la amistad significan para nosotras y experimentamos nuestras relaciones desde una perspectiva diferente.

Hoy tengo el gusto enorme de compartir con ustedes un artículo de Lilyán de la Vega sobre precisamente este tema.

Lilyán es escritora independiente, periodista por vocación y traductora profesional.  Es feminista y ecologista por convicción, y una apasionada bloguera. En abril del 2008 creó su primer blog, “Los cuarenta y sus alrededores”, para hablar sobre la experiencia de entrar en su cuarta década de vida. Le encanta la blogósfera y cuenta, entre sus blogs consentidos, con algunos de poesía. En la actualidad trabaja en su primera novela para niñas y en un libro de poemas. Es mamá desde hace 10 años y lo fue por segunda vez ¡hace apenas 3!

Te amo

Por: Lilyán de la Vega

Tener un amigo es una gran bendición y un privilegio. Y es en esta etapa de mi vida que yo he sentido con más intensidad que nunca la importancia, el valor de la presencia de los amigos en mi camino.

En estos días, he estado reflexionando con varios amigos al respecto del sentimiento tan especial que se da entre nosotros. Y llegué a la conclusión de que lo que siento por mis amigos es amor. Suena obvio, pero no lo es tanto. Resulta que solemos hacer una distinción a la hora de expresar el cariño a un amigo o a una pareja. Al primero le decimos te quiero, al segundo, te amo. Y una de las conclusiones a las que llegamos en estas reflexiones fue que el único sentimiento que existe entre dos seres humanos con un vínculo especial de cuidado, de cariño, de atención, de presencia, de gratitud… es el amor.  Aplica sólo el te amo, el te quiero, se queda tibio.

Si hay un vínculo positivo, hay amor. Si el vínculo es inexistente o se está creando, o es ambiguo, entonces no hay amor, todavía… y entonces aplica el te quiero; pero se me ocurre que aplica en su sentido literal… te quiero como cuando queremos adquirir algo, que en este caso es amor por el otro. Te quiero es como decir te quiero amar… aunque aún no lo haga.

Cada vez me convenzo más de lo mucho que me gusta este barrio. Aprendo tanto, disfruto tanto, me “caen tantos veintes”, se derrumban tantos velos antes mis ojos. Es increíble estar en los 40. ¡Doy gracias de estarlos experimentando!

En este tema por ejemplo, es la primera vez que me pasa. Antes, para mi, amar era sinónimo de sufrimiento… el amor dolía. Y bueno, el gozo de amar y ser amado, bien valía la pena el costo del sufrimiento (¡Qué pensamiento tan limitante!) En estos tiempos, sin embargo, estoy experimentando algo distinto. Estoy viviendo lo que es amar sin que duela… ¡qué maravilla! Y no lo estoy viviendo con una pareja, sino con amigos.

Pensando mucho en ello, llegué a mi conclusión: el amor que sentimos por un amigo es tan puro, porque no está contaminado por otros elementos que se asocian e introyectan cuando hablamos de parejas.  A saber: posesividad, celos, exclusividad, dependencia, y todo tipo de intereses.

Con un amigo, hay la profundiad e intimidad suficiente como para generar un genuino sentimiento de amor, sin esas otras variantes que suelen contaminarlo. Es un amor más gozoso, más transparente. ¡Es tan nutricio!

Y no digo que todas las amistades sean así (ni que todas las relaciones de pareja tengan esa limitante). Los seres humanos somos capaces de experimentar la amistad desde emociones tan perturbadas como las que describí que se asocian al amor de pareja, y por supuesto, también somos capaces de experimentar el verdadero amor en pareja, pero creo que ambos casos son menos comunes de lo deseable.

Ahora, para mi, el reto viene en aprender a relacionarme desde ese lugar con la pareja. Hoy, mirando en retrospectiva, me doy cuenta de lo mal que amé, de lo contaminado que estaba mi amor hacia mis parejas en el pasado. Y pienso que de haber vivido el amor de pareja como hoy vivo el de amigos, mis relaciones habrían sido mucho mejores.

Podría pensar que aprendí tarde. Pero no. Me parece que de no haber vivido todo lo que viví tal y como lo hice, no me habría sido posible aprender las lecciones que aprendí y experimentar otras dimensiones en la forma de amar.

Revive el romance con tu pareja

Reactivando en amor con tu pareja

Si has vivido en pareja por muchos años, es posible que hayan momentos en que extrañas y deseas volver a sentir esas mariposas en el estomago que sentías al principio de tu relación. Y aunque a veces lo dudes: revivir el romance con tu pareja aún después de que haya pasado mucho tiempo ¡sí es posible!

Aunque como dice el dicho “para bailar Tango se necesitan dos” te invito a que pruebes estos cuatro consejos que son bastante sencillos de seguir y que ayudarán a tí y a tu pareja a re-encender la llama del amor:

1. Di lo que sientes

Todos queremos que nos comprendan, ¿no es así? Pero, ¿alguna vez has sentido que aún después de todos estos años existen veces en que él no es capaz de captar las claves que le estás dando acerca de cómo te sientes? Te sugiero olvidarte de esperar a que el adivine lo que está pasando por tu cabeza. En lugar de eso, conseguirás mucho más si cambias tu táctica un poco.

Reconozco que las mujeres que pasamos de los 40 no siempre somos muy buenas en hacer cambios, ya que hemos estado haciendo lo mismo de la misma manera desde hace mucho tiempo, pero no pierdes nada con probar esto: cuando algo ronda tu mente, dile a tu pareja como te sientes: “¿Podemos hablar un minuto? Quiero compartir contigo lo que estoy sintiendo ahora” es una frase que normalmente funciona.

En serio, te sorprenderás al ver como esta frasecita ayuda a que tu hombre capte cual es tu estado emocional.

2. Recuérdale que todavía “tienes lo que le gusta”

Si te has mantenido en forma, o aún si te has dejado de cuidar un poco en los últimos años sigues siendo una mujer en todos los sentidos. La atracción de tu pareja aumentará si le demuestras que te amas a ti misma, que amas a tu cuerpo y que tienes confianza en tu propio aspecto. ¡Recuerda que las mujeres de más de 40 años estamos en nuestro mejor momento sexualmente!

Trata de concentrarte en tu mejor atractivo y muéstralo con orgullo. Recuérdale cómo y porqué se enamoró de ti hace tantos años. Aprovecha el hecho de que los hombres son visuales. Esto reactivará sin lugar a dudas la pasión entre ustedes dos.

3. Reconócele que es único

Cada hombre tiene alguna habilidad especial y única, y créeme que a todos les encanta escucharlo. Trata de reconocerle ese aspecto especial con tus palabras, tus acciones y tus expresiones faciales. Muéstrale que lo amas por quién él ES, que lo respetas y lo admiras por eso.

Esto pondrá a su hombre en el cielo y querrá pasar más momentos románticos contigo.

4. Dale su espacio

A veces, cuando nos sentimos alejadas de nuestra pareja, podemos tender a acosarlos un poco más de lo habitual. Por ejemplo, esta es una escena común: tu tratas de acercarte y el te da la espalda emocionalmente y corre a su “cueva”, y así el ciclo se repite y la frustración para ambos crece.

En este caso intenta algo de psicología inversa: la próxima vez que te envíe señales de que necesita algo de espacio, ¡dáselo! Tu actitud de apoyo y comprensión lo harán sentirse más cerca de ti.

Si haces esto, puede ser que él siga yéndose a “su cueva” regularmente, pero su regreso será más rápido. Y cuando lo haga, se sentirá más cerca de tí que antes de su partida.