El secreto para crecer como persona

En el proceso de conocernos mejor a nosotras mismas, crecer como personas y conectarnos con nuestra verdad, muchas mujeres de 40 y más hemos probado casi de todo. Desde meditar, hacer yoga, practicar una religión, atender retiros espirituales, leer libros de gurús y expertos en superación personal, hasta hacer cursos sobre astrología o numerología.

Todo esto está perfectamente bien si sientes que te ayuda a apagar tu mente del ruido externo y a escuchar mejor los deseos de tu corazón. Si te ayuda a fomentar la reflexión y a vivir de una manera más abierta y consciente de que es lo que realmente estás haciendo y siendo en este mundo.

Pero la realidad es que tu verdadero crecimiento como mujer nunca va a suceder cuando estas en ese espacio de paz total. Donde realmente te enfrentaras con la verdadera TÚ es en los momentos en que algo te altere.

Tu YO molesto, tu YO enojado, tu YO frustrado es probablemente un estado más frecuente que tu YO meditativo. Es muy común en la sociedad actual que un embotellamiento de tráfico, una noticia en la radio, un comentario fuera de lugar, o hasta leer un tweet o un post en Facebook nos altere la paz de un segundo al otro.

Es en esos momentos difíciles donde tenemos la verdadera oportunidad de crecer. Cuando estamos en proceso de actuar de la misma manera que hacemos siempre a un estímulo externo que nos molesta – con agresividad, enojo o frustración – y en lugar de reaccionar decidimos responder de una manera diferente, es exactamente en ese momento en que verdaderamente logramos dar un paso hacia la mujer que todas deseamos ser: una mejor versión de nosotras mismas.

Mi invitación es simple: la próxima vez que suceda algo que no te guste, recuerda que tienes frente a ti una fantástica oportunidad de crecimiento personal y de demostrarte a ti misma que tú tienes el poder de decidir si reaccionas como siempre lo has hecho o si creas una nueva situación a partir de tu respuesta.

Diversidad con hechos, no con palabras

Tanto ha cambiado la conversación sobre los derechos de la mujer en los últimos años que se ha puesto de moda que instituciones, marcas y empresas busquen crear historias de diversidad para no ser criticadas como excluyentes.

Pero en el proceso de tratarse de posicionar como progresivos y alineados con la situación actual, quienes toman las decisiones sobre este tema tan sensible – y que muchas veces son hombres – no piensan en que la conversación de género no es algo que se resuelve hacia afuera con poner una cara femenina como embajadora de marca. El verdadero trabajo para crear espacios diversos debe comenzar desde adentro, con la contratación y promoción de talento femenino que aporte al crecimiento de la organización mientras se fomenta el equilibrio y la equidad.

Mucho ojo que mencioné TALENTO. Siempre, y sobre todas las cosas lo que se debe contratar o promocionar es talento, no género. Pero la oportunidad se debe abrir al talento femenino para participar en estos procesos que lleven a más mujeres cada día a posiciones de liderazgo.

Me imagino que si has leído hasta aquí probablemente te preguntaras “¿Y esto a mi qué, si yo no trabajo en una organización como la que comentas?”

Creo que esto nos incumbe a todas las mujeres, sobre todo a las de 40 años y más, porque aunque no tengamos un espacio en el mundo corporativo o político — donde quizá podríamos tener un impacto más inmediato – todas tenemos hijas o nietas o hermanas o sobrinas, y más importante: hijos o nietos o hermanos o pareja, que están directa o indirectamente involucrados en el crecimiento personal y/o profesional de otras mujeres.

Mientras más compartamos entre nosotras, y con los hombres de nuestra vida, el pensamiento de que la diversidad no es solo una palabra de moda sino un reflejo de la madurez de una sociedad que acepta y respeta la aportación de todos sus integrantes, más fácil será todo para las generaciones de mujeres que están hoy entrando al mundo laboral.

Ámate mujer

Es fácil decirlo.  Pero como dicen por ahí “del dicho al hecho hay un buen trecho”.  Nos queremos mucho, sí, pero a veces se nos olvida lo que realmente significa el amarnos a nosotras mismas.

Amarse a sí misma no significa ser egoísta; sino reconocer que para poder compartir nuestro amor con los demás es necesario antes que nada sentir mucho amor dentro de nosotras.

Amarse a sí misma no significa dejar a un lado nuestras responsabilidades hacia los demás; sino aceptar que nosotras somos responsables de nuestra propia vida y felicidad, para entonces así poder ayudar a nuestros seres queridos a ser felices.

Amarse a sí misma no significa que estamos separadas de quienes nos rodean; sino, muy al contrario, es el primer paso en el proceso de aceptación de que somos parte de un todo y que para que ese TODO sea dichoso, cada una de sus partes tiene que serlo.

Todo es cuestión de elegir lo que queremos SER.

Por eso hoy te invito a reflexionar sobre tu amor por ti misma y a ver un video que hice basado en una presentación de PowerPoint que está haciendo las rondas por internet.

Desconozco quien es el autor o autora del texto.  Un texto que resume tan bien y en tan pocas palabras el significado de amarnos a nosotras mismas.

¡Espero que te guste!

Visita 40ymasTV para ver éste y todos los videos de 40ymas.com

Eres lo que dices

¿Sabes el poder que tienen tus palabras sobre tu identidad? ¿Sabías que lo que dices sobre ti misma es básicamente el filtro a través del cual experimentas la vida?

¡Así es! Si tu opinión sobre ti misma y tus experiencias es negativa, entonces cada situación con la que te enfrentas será por resultado negativa.

Escúchate a ti misma y las palabras que usas para describir lo que haces y lo que ERES.  ¿Usas palabras que te empoderan o que te desempoderan? Si te das cuenta que tu lenguaje está lleno de palabras negativas intenta cambiarlas por positivas y sentirás inmediatamente la diferencia en tu forma de apreciar lo que te rodea.

Cambiar tu forma de hablar puede cambiar tu vida.  Por ejemplo:

  • “Estoy deprimida” puede convertirse en un “estoy algo decaída.”
  • “Estoy sola” en “estoy abierta a encontrar el amor de mi vida.”
  •  “Estoy cansada” en “estoy recargando fuerzas.”
  •  “Estoy ocupadísima” en “estoy descubriendo mis capacidades.”
  • “Soy buena” en “soy una mujer maravillosa.”

Cambiar nuestra forma de comunicarnos sobre nosotras mismas es un proceso que puede llevar tiempo ya que implica romper con un hábito que generalmente llevamos muy arraigado.

Es un ejercicio que para empezar hace falta hacerlo conscientemente, pero que poco a poco se va convirtiendo en una nuestra manera natural de expresarnos y de empoderarnos a nosotras mismas.

¡Te invito de corazón a intentarlo… haz de tus palabras una herramienta de empoderamiento y descubre el poder que TÚ tienes para crear esta bella aventura llamada vida!