¿Qué es la familia?

Hace unos días me topé con un comentario de una persona que insiste que la familia esta “desapareciendo” y que hay que hacer algo al respecto.

Mi opinión es que la familia NO está desapareciendo sino simplemente transformándose.  Si, como ya hemos platicado muchas veces, la vida es cambio y los cambios son vida, es natural que el concepto tradicional de lo que significa una familia también evolucione, cambie y se transforme.

Hoy que precisamente se celebra el Día Internacional de la Familia deseo compartir con todas ustedes un muy corto video que cree con imágenes que transmiten lo que para mí, y creo que para muchas de nosotras, es la familia.

El haber vivido muchos años muy lejos de la mía me ha ayudado a apreciar el valor de ese “clan” que lleva mi propia sangre y que comparte conmigo la herencia de un pasado común.   La familia para mi es parte de lo que cada una de nosotras somos, de nuestra esencia y nuestra razón de ser.

La forma o tamaño de nuestra familia no tienen realmente importancia.  Lo importante es que en nuestra familia es el primer lugar en donde tenemos la oportunidad de disfrutar la experiencia de dar y compartir nuestro amor… ¡y eso es un hermoso regalo de la vida!

¡Feliz Día de la Familia!

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¿Por una razón, por una temporada o para toda la vida?

Una de las preguntas que muchas mujeres nos preguntamos cada vez que alguien nuevo entra en nuestra vida y causa un impacto en ella es si acaso esa persona ha llegado a nuestra vida por una razón específica…o si está ahí sólo por una temporada…o si tal vez llegó para quedarse para siempre.

En realidad, como cada una de nosotras es creadora de nuestra propia vida, tenemos el poder maravilloso de invitar a ella a las personas que necesitamos en un momento dado para crear cada una de las experiencias que hemos elegido vivir.

Si esto lo hacemos consciente o inconscientemente no cambia nada en realidad.  De hecho en metafísica a este fenómeno lo llaman “contratos de alma”, porque se cree que todos decidimos desde antes de nacer que personas van a ayudarnos a experimentar lo que hemos decidido vivir en esta vida.

Para mi hasta hace poco era “obvio” que las personas que han llegado y se han ido de mi vida (ya sea porque ellos y ellas decidieron marcharse o porque fue una decisión mutua) han estado allí por una razón especifica o simplemente “de paso” por una temporada. Pero yo pensaba que la experiencia debería de ser siempre una de doble sentido, es decir, “si yo estoy en tu vida por una razón, entonces tú estás en mi vida por la misma razón.”

¡Pero lo que me he dado cuenta después de cumplir los 40 es que no siempre es así!

Puede ser que nosotras estemos presentes en la vida de alguien por una razón, por ejemplo, para ofrecerle nuestro apoyo y amor incondicional en un momento que es difícil para esa persona; pero eso no significa necesariamente que la otra persona está en nuestra vida por esa misma razón. Esa persona se encuentra en nuestra vida para DARNOS LA OPORTUNIDAD DE VIVIR LA EXPERIENCIA de ofrecerle amor incondicional en un momento así, y no necesariamente para que ella nos dé a nosotras amor incondicional y apoyo.

Esto quiere decir que una vez que el momento difícil ha terminado para esa otra persona, entonces la experiencia se ha completado y ya no existe la necesidad de que continúe esa relación. Quizá nosotras tengamos la necesidad de tener a nuestro lado a alguien que nos ofrezca apoyo y amor en un momento difícil, pero él o ella no es necesariamente la persona que nos lo dará, porque esa persona no ha venido a nuestra vida por esa razón en particular. Tan simple como eso.

Sé que esto puede sonar como si las relaciones fueran limitadas a una sola experiencia a la vez entre dos personas, lo cual es algo que obviamente no es así. Si fuera así ¿cómo se explicarían las amistades duraderas? ¿Y cómo sería posible el amor eterno?

Lo que sucede en realidad es muy simple.  En el momento en que dos personas sienten el deseo de tener una conexión auténtica a nivel del alma, y ​​las dos personas deciden (consciente o inconscientemente) que ambos quieren vivir la experiencia de “experimentar todo” con esa otra persona, entonces la “razón” de esa relación se convierte simplemente en el SER una UNIDAD PARA TODA LA VIDA.

Así es como podemos llegar a tener una amiga querida (una amiga “del alma”) que vemos cada mil años y que vive del otro lado del mundo, y también es así como existen muchas parejas que continúan viviendo enamoradas después de 40 o 50 años juntos.

Por eso te invito a dar gracias siempre por las personas que han llegado a tu vida por una simple razón o por una breve temporada, y a apreciar el hermoso regalo que es tener a alguien en tu vida para siempre.

 

Tu voz: La amistad a los 40ymás

Amistad, divino tesoro.

Algo que a la mayoría de las mujeres nos sucede después de los 40 es que nos damos cuenta de que la vida es cambio.

Todo, absolutamente todo lo que se encuentra vivo, está sujeto a constantes cambios.  Si algo no cambia continuamente es simple y sencillamente porque está muerto.

Uno de los terrenos en los que notamos cambios infalibles cuando llegamos a los cuarenta es en el de nuestras relaciones, tanto con nuestra familia como con nuestros amigos.  A esta edad redefinimos lo que el amor y la amistad significan para nosotras y experimentamos nuestras relaciones desde una perspectiva diferente.

Hoy tengo el gusto enorme de compartir con ustedes un artículo de Lilyán de la Vega sobre precisamente este tema.

Lilyán es escritora independiente, periodista por vocación y traductora profesional.  Es feminista y ecologista por convicción, y una apasionada bloguera. En abril del 2008 creó su primer blog, “Los cuarenta y sus alrededores”, para hablar sobre la experiencia de entrar en su cuarta década de vida. Le encanta la blogósfera y cuenta, entre sus blogs consentidos, con algunos de poesía. En la actualidad trabaja en su primera novela para niñas y en un libro de poemas. Es mamá desde hace 10 años y lo fue por segunda vez ¡hace apenas 3!

Te amo

Por: Lilyán de la Vega

Tener un amigo es una gran bendición y un privilegio. Y es en esta etapa de mi vida que yo he sentido con más intensidad que nunca la importancia, el valor de la presencia de los amigos en mi camino.

En estos días, he estado reflexionando con varios amigos al respecto del sentimiento tan especial que se da entre nosotros. Y llegué a la conclusión de que lo que siento por mis amigos es amor. Suena obvio, pero no lo es tanto. Resulta que solemos hacer una distinción a la hora de expresar el cariño a un amigo o a una pareja. Al primero le decimos te quiero, al segundo, te amo. Y una de las conclusiones a las que llegamos en estas reflexiones fue que el único sentimiento que existe entre dos seres humanos con un vínculo especial de cuidado, de cariño, de atención, de presencia, de gratitud… es el amor.  Aplica sólo el te amo, el te quiero, se queda tibio.

Si hay un vínculo positivo, hay amor. Si el vínculo es inexistente o se está creando, o es ambiguo, entonces no hay amor, todavía… y entonces aplica el te quiero; pero se me ocurre que aplica en su sentido literal… te quiero como cuando queremos adquirir algo, que en este caso es amor por el otro. Te quiero es como decir te quiero amar… aunque aún no lo haga.

Cada vez me convenzo más de lo mucho que me gusta este barrio. Aprendo tanto, disfruto tanto, me “caen tantos veintes”, se derrumban tantos velos antes mis ojos. Es increíble estar en los 40. ¡Doy gracias de estarlos experimentando!

En este tema por ejemplo, es la primera vez que me pasa. Antes, para mi, amar era sinónimo de sufrimiento… el amor dolía. Y bueno, el gozo de amar y ser amado, bien valía la pena el costo del sufrimiento (¡Qué pensamiento tan limitante!) En estos tiempos, sin embargo, estoy experimentando algo distinto. Estoy viviendo lo que es amar sin que duela… ¡qué maravilla! Y no lo estoy viviendo con una pareja, sino con amigos.

Pensando mucho en ello, llegué a mi conclusión: el amor que sentimos por un amigo es tan puro, porque no está contaminado por otros elementos que se asocian e introyectan cuando hablamos de parejas.  A saber: posesividad, celos, exclusividad, dependencia, y todo tipo de intereses.

Con un amigo, hay la profundiad e intimidad suficiente como para generar un genuino sentimiento de amor, sin esas otras variantes que suelen contaminarlo. Es un amor más gozoso, más transparente. ¡Es tan nutricio!

Y no digo que todas las amistades sean así (ni que todas las relaciones de pareja tengan esa limitante). Los seres humanos somos capaces de experimentar la amistad desde emociones tan perturbadas como las que describí que se asocian al amor de pareja, y por supuesto, también somos capaces de experimentar el verdadero amor en pareja, pero creo que ambos casos son menos comunes de lo deseable.

Ahora, para mi, el reto viene en aprender a relacionarme desde ese lugar con la pareja. Hoy, mirando en retrospectiva, me doy cuenta de lo mal que amé, de lo contaminado que estaba mi amor hacia mis parejas en el pasado. Y pienso que de haber vivido el amor de pareja como hoy vivo el de amigos, mis relaciones habrían sido mucho mejores.

Podría pensar que aprendí tarde. Pero no. Me parece que de no haber vivido todo lo que viví tal y como lo hice, no me habría sido posible aprender las lecciones que aprendí y experimentar otras dimensiones en la forma de amar.

¿Qué es una familia feliz?

El crear y mantener una familia feliz es uno de los deseos de la mayoría de las mujeres, y hoy que se celebra el Día Internacional de la Familia creo que es un buen momento para reflexionar que es lo que realmente significa ser y tener una familia feliz y lo que podemos hacer para mantener la armonía familiar.

Define quién es tu “familia”

No estoy hablando de la definición típica de familia que todas aprendimos en la clase de Ciencias Sociales en la primaria: “La familia es la base de la sociedad”, sino de aclarar quién es realmente nuestra familia y quienes son nuestros parientes.

Las familias de hoy tienen muchas formas.  Hay familias que consisten de una pareja sin hijos; otras de un papá, una mamá e hijos; otras de un papá o una mamá con hijos; y sin olvidar que en muchos países también hay familias que consisten de dos hombres y/o dos mujeres con o sin hijos.  En muchos casos un(a) abuelo(a) o un(a) tío(a) forman parte del núcleo familiar inmediato, y muchísimas otras familias son formadas por padrastros, madrastras e hijastros.  Ninguna de estas familias es mejor o peor que la otra.  Cada una es simplemente diferente.

Si tu círculo familiar no está muy bien definido (por ejemplo si eres madre soltera o te acabas de divorciar y vives con tus hijos en casa de tus padres) es bueno que definas bien el papel de cada quien en la familia y que todos tengan bien claro cuál es la estructura familiar y la contribución de cada uno de sus integrantes.

Y es importante que nunca olvides que ninguna familia es feliz por si sola.  La relación con tus parientes, amigos, vecinos y otros círculos sociales es muy importantes para lograr la felicidad y el desarrollo familiar.

Define “felicidad familiar”

No confundas “familia feliz” con “familia perfecta”, ya que las familias perfectas simplemente no existen.

En realidad las familias felices también tienen niños malhumorados, casas desordenadas y dificultades económicas como todas las familias del mundo.

Pero lo que las hace felices es que tienen un núcleo de amor que los mantiene unidos en las altas y bajas de la vida.  El ser una familia feliz es algo más profundo que el pasar un momento agradable todos juntos o el disfrutar de unas vacaciones divertidas: una familia feliz es aquella que tiene un entendimiento claro del significado y el propósito de sus vidas.

Cuando esto existe, los momentos difíciles son más fáciles de sobrellevar, porque se pueden poner en perspectiva, y los momentos felices son mucho más memorables para todos.

Recuerda a la familia Munster y a la familia Addams

La familia de los Munster y los locos Addams (de los programas de televisión de los años 60s) son ejemplos de dos familias que sin ser tradicionales eran sumamente felices y unidas.

Aunque sus estilos de vida era cuestionados una y otra vez por la gente “normal”, los valores que mantenían unidas a estas familias eran bien claros para todos, así como la definición de quienes formaban parte de la familia – incluyendo al abuelo y a la tía Lily en el caso de los Munster o a la abuela y al tío Lucas en el caso de los Addams.

Cuando tu familia se pone acuerdo en cuales son sus valores fundamentales (por ejemplo: comunicación, respeto, tolerancia…) y vive de acuerdo a las normas que ustedes mismos han definido, entonces estarán creando una identidad familiar más solida y asimismo estarán reduciendo la posibilidad de cualquier conflicto.

¡Feliz Día de la Familia!