Diversidad con hechos, no con palabras

Tanto ha cambiado la conversación sobre los derechos de la mujer en los últimos años que se ha puesto de moda que instituciones, marcas y empresas busquen crear historias de diversidad para no ser criticadas como excluyentes.

Pero en el proceso de tratarse de posicionar como progresivos y alineados con la situación actual, quienes toman las decisiones sobre este tema tan sensible – y que muchas veces son hombres – no piensan en que la conversación de género no es algo que se resuelve hacia afuera con poner una cara femenina como embajadora de marca. El verdadero trabajo para crear espacios diversos debe comenzar desde adentro, con la contratación y promoción de talento femenino que aporte al crecimiento de la organización mientras se fomenta el equilibrio y la equidad.

Mucho ojo que mencioné TALENTO. Siempre, y sobre todas las cosas lo que se debe contratar o promocionar es talento, no género. Pero la oportunidad se debe abrir al talento femenino para participar en estos procesos que lleven a más mujeres cada día a posiciones de liderazgo.

Me imagino que si has leído hasta aquí probablemente te preguntaras “¿Y esto a mi qué, si yo no trabajo en una organización como la que comentas?”

Creo que esto nos incumbe a todas las mujeres, sobre todo a las de 40 años y más, porque aunque no tengamos un espacio en el mundo corporativo o político — donde quizá podríamos tener un impacto más inmediato – todas tenemos hijas o nietas o hermanas o sobrinas, y más importante: hijos o nietos o hermanos o pareja, que están directa o indirectamente involucrados en el crecimiento personal y/o profesional de otras mujeres.

Mientras más compartamos entre nosotras, y con los hombres de nuestra vida, el pensamiento de que la diversidad no es solo una palabra de moda sino un reflejo de la madurez de una sociedad que acepta y respeta la aportación de todos sus integrantes, más fácil será todo para las generaciones de mujeres que están hoy entrando al mundo laboral.

La madre trabajadora

Madre trabajadoraSi tienes más de 40, eres mamá y trabajas, lo más probable es que tu carrera sea el medio para lograr tus aspiraciones profesionales y de ganar dinero para vivir una vida cómoda.

Lamentablemente, es posible que en algunas ocasiones te sientas abrumada por tantas responsabilidades y actividades, convirtiendo en un reto el que te marques objetivos profesionales que vayan más allá de llevar a casa un sueldo.

Y para hacer las cosas más complicadas, las madres trabajadoras de cualquier edad, en la mayoría de las ocasiones, se encuentran con obstáculos a vencer que a los hombres probablemente ni siquiera tienen les pasa por la mente.

Las madres que trabajan tienen dos empleos

Estos dos puestos laborales son: ser madre y ser empleada. No es fácil mantener a tu vida familiar sin interferir en el trabajo. Es posible dejar el trabajo en la oficina, pero ¿cómo se puede dejar a la familia en casa?

Piensa en las veces que has salido de la oficina un par de horas temprano para llevar a tu hijo al pediatra ó para llegar a tiempo a una reunión con su maestra. ¿Te has sentido alguna vez culpable de tener que irte a casa a tiempo, incluso cuando nos has completado algún proyecto, para evitar que tu pequeña princesa no sea (una vez más) la última en la guardería? sigue leyendo