Si tienes más de 40, eres mamá y trabajas, lo más probable es que tu carrera sea el medio para lograr tus aspiraciones profesionales y de ganar dinero para vivir una vida cómoda.
Lamentablemente, es posible que en algunas ocasiones te sientas abrumada por tantas responsabilidades y actividades, convirtiendo en un reto el que te marques objetivos profesionales que vayan más allá de llevar a casa un sueldo.
Y para hacer las cosas más complicadas, las madres trabajadoras de cualquier edad, en la mayoría de las ocasiones, se encuentran con obstáculos a vencer que a los hombres probablemente ni siquiera tienen les pasa por la mente.
Las madres que trabajan tienen dos empleos
Estos dos puestos laborales son: ser madre y ser empleada. No es fácil mantener a tu vida familiar sin interferir en el trabajo. Es posible dejar el trabajo en la oficina, pero ¿cómo se puede dejar a la familia en casa?
Piensa en las veces que has salido de la oficina un par de horas temprano para llevar a tu hijo al pediatra ó para llegar a tiempo a una reunión con su maestra. ¿Te has sentido alguna vez culpable de tener que irte a casa a tiempo, incluso cuando nos has completado algún proyecto, para evitar que tu pequeña princesa no sea (una vez más) la última en la guardería?
¿Cuántas veces has sentido que tu compromiso con tus supervisores y tu carrera están siendo puestos en tela de juicio al anteponer los intereses de tus seres queridos?
Y encima de todo, tu “segundo turno” comienza tan pronto como sales de la oficina. El empleo de “super-mamá”: preparar la comida, revisar las tareas, llevar a los niños al karate, clases de baile, de piano y así sucesivamente.
He aquí el reto de poner en una balanza cada decisión que tomas. Por un lado tienes que poner las necesidades de tu familia y por el otro las perspectivas de tu carrera: ¿Llevar a los clientes a tomar la copa después del trabajo ó a tu hijo a su partido de fútbol? ¿Aceptas la promoción que te hará mudarte al otro extremo del país ó te olvidas de ello hasta que sus hijos crezcan?
La elección final nunca es fácil, y probablemente te pases la vida preguntándote si tomaste la decisión correcta y te acose el sentimiento de culpa cualquiera que sea tu elección. ¡Las madres que trabajan generalmente aprenden a vivir la vida plagadas de culpabilidad!
Pero veamos las cosas como lo que son: las madres que trabajamos lo hacemos porque lo NECESITAMOS. Ya sea porque necesitamos el ingreso ó porque necesitamos cumplir con nuestro deseo de trabajar y ser profesionistas y /o porque queremos una vida mejor para nuestros hijos. Pero si vivimos estresadas, siempre a la carrera y no pasamos nada de tiempo con nuestros hijos, entonces vale la pena hacer una pequeña pausa y analizar la situación.
Si vamos a trabajar, ¿no debería ser en una carrera que es gratificante, tanto intrínsecamente como financieramente y que también nos permita disfrutar de nuestra vida familiar?
Es dificil enfrentarse al dia a dia cuando una es madre y trabaja