Las mujeres de 40ymás generalmente sabemos muy bien que frases usar y cuales es mejor evitar en nuestra relación de pareja. Por ejemplo: “¿Se te está cayendo el pelo?”, y “Organicé una reunión con todas mis amigas en la casa a la misma hora que van a pasar el partido de tu equipo favorito en la televisión” son dos frases que todas sabemos bien que es mejor nunca decirle a nuestro marido.
Los años y la experiencia nos han enseñado que ciertas frases y palabras pueden causar fricción con las personas que amamos y con las cuales nos relacionamos.
Pues bien, esto también aplica en nuestro trabajo. Ahí también hay que tener cuidado con lo que decimos a nuestro jefe y compañeros. Lo que decimos y hacemos puede tanto beneficiar como perjudicar nuestras relaciones laborales e incluso nuestra propia carrera.
Un comentario dicho casualmente y sin pensar se puede convertir en la primera cosa que tu jefe recuerde de ti en el momento de evaluar una promoción, un posible aumento de sueldo o un recorte de personal.
Estas son cinco frases o comentarios que la página Careerbuilder.com sugiere que evites usar en tu trabajo ya que pueden reducir tu credibilidad y dañar tu imagen profesional:
1. “Eso no es mi trabajo”
Cuando un colega se acerca a ti con un problema o te pide ayuda con algo, siempre existe una buena razón. Puede ser que resolver el problema sea tu responsabilidad directa o que la otra persona valora tu opinión al respecto. Sea lo que sea, aprovecha la situación para demostrar que eres una buena trabajadora en equipo y que sabes solucionar problemas. Además, ¡nunca sabes cuándo vas a necesitar la ayuda de tus colegas en el futuro!
2. “No es mi culpa.”
Cuando tu jefe te dice que existe un problema, lo peor que puedes hacer es echarle la culpa a otra persona. Tal vez el error o problema no sea culpa tuya, pero recuerda que no estás en un juzgado y realmente nadie está buscando a un culpable en ese momento. Lo más importante es asegurarte de que el problema se resuelva y que no se repita. Más adelante tendrás la oportunidad de aclarar los hechos, pero mientras eso sucede simplemente te vas a ver muy mal si pierdes tu tiempo y el de tu jefe acusando a otros en lugar de buscar soluciones.
3. “No le digas a nadie que yo te dije…”
Si realmente es un secreto, mantenlo así. Si sabes, por ejemplo, que alguien está a punto de ser despedido o cual es salario del jefe, el decírselo a los demás simplemente va a causar que te ganes la reputación de ser una chismosa. Si tienes ese tipo de reputación lo único que vas a lograr es que los demás no sientan remordimiento de propagar chismes sobre ti en el futuro y que nunca seas considerada para un puesto en el que la discreción sea necesaria.
4. “No he recibido un aumento de sueldo en…dos, tres, cuatro…años.”
La mayoría de los jefes no creen que la longevidad de un empleado sea lo que lo hace merecedor a un aumento de sueldo. Lo que un jefe realmente valora es la alta productividad de sus trabajadores. Si pides un aumento de sueldo en base a la fecha en que recibiste el último simplemente le estas dando una señal a tu jefe de que quieres más dinero pero no de que te lo mereces. En lugar de mencionar fechas mejor háblale de tus logros de los últimos años y demuéstrale a tu jefe el por qué te mereces el aumento de sueldo.
5. “Sí, no hay problema” (Cuando no estás hablando en serio)
Si te comprometes con un colega a hacer algo, pero no tienes ninguna intención de completar el trabajo, te arriesgas a ganarte la reputación de ser una trabajadora poco fiable. Si sabes de antemano que te va a ser imposible completar un proyecto en el plazo acordado es mejor ser honesta y decirlo. Tus colegas se están basando en ti para completar su trabajo, así que cuando no completas la parte a la que te comprometiste, afectas directamente la productividad de todos los demás.