Ten fe en ti

El otro día leí una historia, la cual no he podido comprobar todavía si es real o mito, pero me gustó tanto su mensaje que la comparto hoy con ustedes:

Un día Picasso se encontraba haciendo un recorrido de una escuela con una persona que deseaba comprender por qué las instituciones educativas del país les fallan a sus alumnos.  Entonces Picasso entró a un salón de clases de niños de 6 años de edad y les preguntó: “¿quién de ustedes es pintor?” y todos los niños alzaron la mano. “¿quién de ustedes es bailarín? … ¿cantante? … ¿cuenta cuentos?”  Y después de cada pregunta todos los niños alzaron la mano.

Picasso fue entonces a otro salón e hizo las mismas preguntas.  Pero en esta ocasión se trataba de muchachos de 17 años y muy pocos de ellos alzaron la mano.

“Ahí está el problema” dijo Picasso.  Las escuelas no entrenan a los niños para ser pintores, bailarines, cantantes o cuenta cuentos.

¿Te identificas con la historia?  ¡Claro! A muchas de nosotras nos han hecho creer que no podemos SER todo eso que deseábamos ser cuando éramos más jóvenes o, peor aún, todo eso que deseamos SER el día de hoy.  ¡Pero por supuesto que podemos serlo!

La decisión de ser quien tu deseas SER no es de los demás, sino tuya.  Nadie te ha forzado a punta de pistola a vivir la vida que vives y tú puedes cambiar todo lo que no te gusta por eso que te apasiona simplemente si tienes FE en TI MISMA y en lo que eres capaz de hacer.

Recuerda que quejarse de algo NO es cambiarlo.

Recuerda que querer es poder.

Y nunca olvides que TU puedes hacer de tu vida lo que deseas, pues si tu no lo haces ¿entonces quién?

El video que comparto a continuación nos recuerda que todo, absolutamente todo, depende de nuestro estado mental.  Tu misma creas la realidad que estás viviendo y tienes la posibilidad de elegir si deseas una vida llena de amargura o una vida plena y llena de felicidad.

Todo es cuestión de tener FE en TI.

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¿Cuál es tu carga?

Hay un cuento que me gusta mucho por su mensaje y porque cada vez que lo leo me hace reflexionar sobre todo eso que no he dejado fluir en mi vida por no permitirme vivir cada momento presente.

El cuento es anónimo, y no estoy segura si es de origen chino o japonés, pero va más o menos así:

“Dos monjes Zen iban cruzando un río cuando se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo.

Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla.

El otro monje estaba furioso. No dijo nada, pero hervía por dentro. Eso estaba prohibido. Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.

Recorrieron varios kilómetros. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo:

– Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informarle acerca de esto. Está prohibido.

– ¿De qué estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro.

– ¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado.

El otro monje se rió y le contestó:

– Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchos kilómetros atrás. Sin embargo, tú todavía la estás cargando…”

Como el monje enojón del cuento, muchas veces insistimos inconscientemente en quedarnos “atoradas” en el pasado.  Nos olvidamos de dejar ir lo que nos molesta en el ayer y lo llevamos cargando por la vida dándole la importancia que ya no tiene en el hoy.

Gastamos nuestra energía en quejarnos de lo que fue, en lugar de ver las situaciones desde una nueva perspectiva.  No nos damos la oportunidad de crear nuestra propia vida día a día e instante a instante.

Por eso te invito hoy a reflexionar qué es eso que TÚ llevas cargando por la vida, qué es eso de lo que te necesitas liberar para vivir esta maravillosa aventura llamada vida más ligera y feliz.

¡Porque recuerda que la decisión de ser o no feliz siempre será TUYA y de nadie más!

La paz es el camino

Guerra en Irak, guerra en Afganistán, guerra en Palestina, guerra en Sudán, guerra en Libia. Estamos tan acostumbradas a ser bombardeadas con noticias de estos, y otros, conflictos que a veces es fácil olvidar que son eventos en los que miles de personas se ven tristemente afectadas cada día.

Es fácil olvidar que la alternativa a la guerra es eso que todos deseamos como si fuera algo inalcanzable, algo imposible, algo que no está en nuestras manos lograr: LA PAZ.

Hemos olvidado que la paz es responsabilidad de cada uno de nosotros.  Hemos olvidado que somos parte de un TODO, y que para que ese todo viva en PAZ debemos comenzar por encontrar la paz en nosotras mismas.

Nuestra experiencia exterior es un reflejo de nuestra experiencia interior.  Si no logramos vivir en PAZ con nosotras mismas, ¿cómo podemos esperar que haya paz a nuestro alrededor?  Si nuestro corazón es una zona de guerra, ¿cómo podemos exigir que nuestro país lata al son de la PAZ?

Por eso, hoy que se celebra el trigésimo Día Internacional de la Paz, un día que las Naciones Unidas han declarado dedicado a fortalecer los ideales de la paz, tanto en el seno de todos los pueblos y naciones como entre ellos, te invito a reflexionar sobre tu propia PAZ interior.

Cómo dice el maravilloso anuncio de cine del publicista brasileño Washington Olivetto  (del cual comparto hoy con ustedes una traducción al español) todo es cuestión de llevar tu propia PAZ a tu mundo exterior, ya que ¡mientras más usas tu PAZ, más PAZ llegará a tu vida!

Tan sencillo como eso…

Ámate mujer

Es fácil decirlo.  Pero como dicen por ahí “del dicho al hecho hay un buen trecho”.  Nos queremos mucho, sí, pero a veces se nos olvida lo que realmente significa el amarnos a nosotras mismas.

Amarse a sí misma no significa ser egoísta; sino reconocer que para poder compartir nuestro amor con los demás es necesario antes que nada sentir mucho amor dentro de nosotras.

Amarse a sí misma no significa dejar a un lado nuestras responsabilidades hacia los demás; sino aceptar que nosotras somos responsables de nuestra propia vida y felicidad, para entonces así poder ayudar a nuestros seres queridos a ser felices.

Amarse a sí misma no significa que estamos separadas de quienes nos rodean; sino, muy al contrario, es el primer paso en el proceso de aceptación de que somos parte de un todo y que para que ese TODO sea dichoso, cada una de sus partes tiene que serlo.

Todo es cuestión de elegir lo que queremos SER.

Por eso hoy te invito a reflexionar sobre tu amor por ti misma y a ver un video que hice basado en una presentación de PowerPoint que está haciendo las rondas por internet.

Desconozco quien es el autor o autora del texto.  Un texto que resume tan bien y en tan pocas palabras el significado de amarnos a nosotras mismas.

¡Espero que te guste!

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