Tienes una semana ocupadísima. Entre la familia, el trabajo y compromisos sociales tu agenda esta hasta el tope. De repente un amigo te pide que le ayudes a hacer algo por lo cual no te va a pagar y que sabes que te va a llevar más tiempo del que tienes disponible. ¿Qué haces?
Estas a punto de mudarte de casa. Tienes muchos gastos entre la mudanza y la inscripción a una nueva escuela para tus hijos. Tu mejor amiga (o tu novio, o tu prima…) te cuenta que debe pagar algo urgentemente pero que no tiene dinero hasta dentro de una semana y te pide un préstamo. ¿Qué haces?
Seguramente tu respuesta instantánea a las dos preguntas fue “le diría que no puedo”. Pero, piénsalo bien, ¿es eso lo que en realidad harías? Estamos hablando de favores a personas que amas, cercanas a ti, de tu círculo más íntimo.
¿Les dirías que NO o harías a un lado tus propias necesidades por ayudarlos?
La mayoría de las mujeres simplemente no sabemos decir que NO. Sentimos que decir que no a alguien que queremos es negarles nuestro amor. Creemos que el decir que no es lo mismo que traicionar la relación. Simple y sencillamente no soportamos el ver que una persona querida no tenga lo que desea cuando nosotras podríamos dárselo.
El problema es que en el proceso de darlo nos olvidamos de nosotras mismas. Ya sé que siempre he dicho que en el DAR esta el RECIBIR, pero antes de dar a los demás debemos comenzar por darnos a nosotras mismas.
- Da tiempo cuando tengas suficiente tiempo para ti misma
- Da dinero cuando tengas suficiente dinero para ti misma
- Da amor cuando tengas suficiente amor para ti misma
Debemos aprender a poner nuestros propios límites, a saber decir “hasta ahí y basta”, a reconocer en donde terminan nuestras necesidades y comienzan las de los demás. A discernir sobre cuándo y a quien debemos dar Y A QUIEN NO.
Recuerda que si a alguien le disgusta que no hagas, o no des, lo que él quiere, el sentimiento de disgusto es suyo, así que ¡no lo hagas tuyo! No permitas que nadie te haga chantaje por qué decides no dar o hacer algo con frases como: “rompiste tu promesa”, “nunca pensé que hicieras algo así”, “no eres una buena amiga”, “yo lo haría por ti.”
Agradezcamos la oportunidad que la vida nos da de hacer algo por los demás, pero cuando sea necesario decir que NO, sepamos decirlo con gentileza y firmeza a la vez. Como toda mujer que respeta sus límites y exige que los otros los respeten también.