¿Cuántas de nosotras crecimos viviendo sorprendidas de las muchas casualidades que se cruzaban en nuestro camino? Estábamos seguras de que todo lo que nos sucedía o dejaba de suceder era obra del destino.
Si nos topábamos con el chico que nos gustaba en el cine jurábamos que era porque ese día nos habíamos puesto nuestro suéter de la buena suerte. Si no nos invitaban a una fiesta seguramente era porque estábamos pasando una racha de mala suerte.
En lo personal, desde que soy una mujer de 40ymas, he aprendido que las casualidades no existen y la buena o mala suerte ¡menos! Sé conscientemente que todo, absolutamente todo, tiene una razón de ser aunque la mayoría de las veces no sea evidente.
Cada evento, cada persona, y cada situación son las piezas que forman parte de un gran rompecabezas que se llama vida. Algunos de estos eventos y personas nos llegan a afectar negativamente en su momento, pero hay una razón por la cual se están presentando en nuestro camino, y pueden pasar años antes de que sea obvio el porqué.
Otras personas pasan tan solo por un instante por nuestras vidas tocándonos el corazón. Estos son los ángeles que nos ayudan a encontrar nuestra propia luz y que, como en la historia que comparto a continuación, es una verdadera bendición cuando la existencia nos da la oportunidad de regresarles un poco de lo mucho que de ellos recibimos.
El vaso de leche
Un joven que pagaba sus estudios trabajando como vendedor ambulante sentía hambre pero no tenía dinero para almorzar. Decidió vencer la vergüenza que le daba mendigar y se armó de valor para pedir algo de comer en la próxima puerta que tocase. No obstante, se sintió muy nervioso cuando una hermosa joven le abrió la puerta. En lugar de pedir comida pidió solo un vaso de agua.
Ella, sin embargo, se apiadó de él y le trajo un vaso de leche. El se lo tomó tímidamente y preguntó, “¿Cuánto le debo?”. – “No me debe nada,” respondió ella. “Mi madre nos enseñó a nunca aceptar pago por hacer un favor.” “Entonces le agradezco de corazón.”, respondió el joven.
El joven, de nombre Howard Kelly, se fue de aquella casa no solo sintiéndose fortalecido en su cuerpo sino también en su fe en Dios y en la humanidad. Antes del incidente estaba pensando en darse por vencido y renunciar.
Muchos años más tarde aquella joven, ya mayor, se enfermó gravemente. Los doctores locales estaban muy preocupados. Finalmente la enviaron al hospital de una gran ciudad donde practicaba un famoso especialista en aquella enfermedad.
Cuando el médico se dio cuenta del nombre de su nueva paciente y del pueblo de procedencia, inmediatamente se levantó y fue a verla. La reconoció inmediatamente. Volvió a su oficina resuelto a hacer todo lo posible para salvar su vida. La lucha fue larga pero la señora se salvó.
Por su parte la señora se sentía muy preocupada sabiendo que el precio de su estancia en el hospital sería astronómico. Sin que ella supiese, el doctor dio órdenes para que le pasaran a él la cuenta del hospital. Después de examinarla escribió un mensaje al pie del documento antes de que fuese enviado a la señora.
Ella abrió aquella cuenta con gran temor, pensando que pasaría el resto de sus días pagándola. Finalmente se atrevió a mirar y cuál fue su asombro cuando leyó al pie de la lista de enormes cifras:
Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche
Firmado: Dr. Howard A. Kelly.
Esta es una historia de la vida real. El Dr. Howard A. Kelly fue un cirujano de ascendencia irlandesa que nació en EEUU en 1858 y murió en 1943. Es un reconocido pionero de la medicina moderna y el fundador de la especialidad de ginecología y obstetricia.
Si el Dr. Kelly no hubiera disfrutado de la generosidad de esa bella mujer, probablemente se habría dado por vencido, renunciando a su sueño de ser médico.
Hoy te invito a que, como el Dr. Kelly, intentes identificar a esas personas que han tocado tu vida de una manera significativa en algún momento y te des la oportunidad de agradecerles de corazón el que lo hayan hecho.
¡Demos gracias hoy y ahora por esos “vasos de leche” que ayudan a transformarnos de lo que somos en lo que deseamos SER!