Esta semana comienza la primavera en el hemisferio norte de nuestro planeta. La estación del año en que el invierno queda atrás y se siente en el aire el espíritu de renovación.
A mí en lo personal me gusta mucho esta época. El frio no es lo mío, así que el hecho de que los días se hagan más calurosos me pone automáticamente de buen humor y me hace reflexionar siempre sobre el ritmo de la existencia.
La naturaleza se da la oportunidad a si misma de renovarse cada año. Las flores y arboles reflorecen, muchos mamíferos entran en su época de apareo, y miles de aves emigran nuevamente hacia el norte hasta que el frio las hace regresar unos meses más tarde.
La mayoría de los seres humanos somos, desafortunadamente, insensibles a este ritmo que nos regala la vida. Muchas mujeres, por ejemplo, nos mantenemos muy atentas al ciclo que nos lleva de niñas a adolescentes, de ahí a adultas jóvenes, más adelante a adultas maduras y al final a ancianas, pero no apreciamos que existe un ritmo constante que nos invita a renovarnos continuamente.
Como mujeres de 40ymas tenemos la maravillosa oportunidad de reflorecer regularmente, si así lo deseamos. Todo lo que debemos hacer es identificar esas áreas que nos gustaría vivir de una manera diferente y enfocarnos en cambiarlas. ¡Ni siquiera tenemos que esperar a que llegue la primavera o la siguiente estación del año para lograrlo!
Tú puedes decidir a qué ritmo deseas implementar cada cambio que quieres hacer en tu vida. Lo importante es ser total en tu experiencia de renovación y disfrutar el proceso SIN TEMORES.
Puede tratarse de algo tan sencillo como un cambio de “look”. Quizá llevas más de 10 años con el mismo corte de cabello. ¡Anímate a cambiarlo y veras lo bien que te vas a sentir! Parece algo frívolo pero una vez que disfrutes la sensación de renovarte, de verte y sentirte como una mujer diferente, entonces será más fácil tomar la decisión de hacer otros cambios en tu vida.