Lo mejor está aún por llegar

Lo mejor está aún por llegar a mi vida” es lo que la modelo Cindy Joseph, de 60 años de edad, ha descubierto con el paso de los años.

Cindy, aunque suene imposible, comenzó a trabajar como modelo a los 49, una edad en la que la mayoría de las modelos llevan ya mucho tiempo alejadas de las pasarelas. Fue en 1999, el mismo año en que decidió dejar de poner tinte a su blanca cabellera, cuando la invitaron a posar para un anuncio de Dolce and Gabbana.

Esta bella y notable mujer confiesa que su autoestima ha incrementado con la edad, y que actualmente vive su mejor momento.

¿Cuál es su secreto de belleza? Según ella misma: “Vivir la vida de acuerdo a lo que me causa felicidad”.  Ella agrega que desde que adoptó esta filosofía su vida ha sido más  plena y abundante.

Cindy modela para marcas de renombre internacional como son Oil of Olay, Garnier, Target y Elizabeth Arden; y ha salido en la portada de varias revistas, incluyendo Glamour, Oprah, Mademoiselle y Marie Claire.

Quizá no todas las mujeres tenemos el físico de Cindy o el interés por convertirnos en modelos a los 49 años de edad, pero creo que estarán de acuerdo conmigo que esta es una historia motivadora que nos recuerda que TODO ES POSIBLE y que la edad no es un impedimento para SER quienes deseamos ser en esta vida.

Las dejo con un video para que conozcan un poco más a Cindy Joseph… una mujer para quien la edad no es un obstaculo:

NO a la violencia contra las mujeres

Lamentablemente somos miles las mujeres que hemos regalado nuestro poder alguna vez cuando nuestra pareja, u otros hombres en nuestro entorno, abusan de nosotras física y/o psicológicamente.

Esto normalmente comienza en un estado en donde no nos encontramos totalmente conscientes de lo que está sucediendo, ya que ninguna mujer es víctima de la violencia por su propio gusto.  Pero es algo que definitivamente se puede cambiar y que siempre comienza con una intención de cambio por parte de la mujer.

La violencia contra la mujer nunca empieza por la mujer, pero SIEMPRE termina gracias a ella.

Hoy, en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las invito a leer un artículo sobre este tema que escribí el año pasado para el espacio de Mujeres Construyendo.  Es una reflexión sobre cómo podemos hacer uso del internet para terminar la violencia contra nuestro género.

¡Espero que lo encuentren interesante!

La violencia contra la mujer: ¿Es que acaso se nos acabaron las ideas?

Si como Mohandas Gandhi muy sabiamente dijo: “La no-violencia, que es una cualidad del corazón, no surge apelando a la razón”, entonces cabe la pregunta “¿Si el camino de la razón no cambia a un agresor, entonces cómo podemos hacer hoy, en pleno siglo XXI, para tocar el corazón de un agresor y transformar la violencia contra las mujeres en no-violencia?”

Una de las posibles respuestas es muy simple: haciendo un mejor uso de las herramientas que tenemos a nuestra mano en esta era de avances tecnológicos. Concretamente, aprovechando constructivamente el alcance del internet con sus dos mil millones de usuarios en el mundo y un millón de millones de páginas de contenido.

Por medio del internet nos enteramos día a día de casos de violencia contra las mujeres en todos los rincones del planeta. Usando el internet nos hemos informado que en EEUU una mujer es golpeada cada 18 minutos; que en el Congo la violación sexual de miles de mujeres es usada sistemáticamente como arma de guerra; que más de 100 millones de mujeres en el mundo han sido víctimas de mutilación genital; que mujeres asiáticas son vendidas a prostíbulos en EEUU por cantidades de dinero ridículas; que mujeres han sido asesinadas por sus parejas por el simple hecho de cambiar su estatus en Facebook de “casada” a “soltera”.

Gracias al internet cada día más mujeres tienen acceso a centros de ayuda para víctimas de la violencia de género. El internet también ofrece a las victimas un lugar para hacer escuchar su voz de lucha y supervivencia, y a la sociedad un espacio en donde expresar su solidaridad con ellas. Pero regresemos a la pregunta: “¿Cómo hacer uso del internet no solo como herramienta de información, sino también para evitar que la violencia contra las mujeres se dé en primer lugar?” ¿Cómo transformar la violencia en no-violencia?

Si preguntáramos a cualquiera de los violadores del Congo o a uno de los miles de tratantes de blancas en el mundo si su pasión en esta vida, a lo que vinieron a este mundo, lo que los hace realmente felices sobre todas las cosas es “SER un violador y golpeador de mujeres” dudo mucho que su repuesta después de reflexionarlo bien sea un sí rotundo.

El origen de la violencia está en la relación que el agresor (y en muchas ocasiones también la víctima) tiene con sus propios sentimientos, los cuales están basados fundamentalmente en temores. Si a un agresor, o a un agresor potencial, se le dan las armas para darse cuenta por sí mismo de que cada uno de nosotros tenemos el poder de elegir nuestros pensamientos y como manifestamos lo que somos y lo que queremos ser, entonces estamos iniciando un cambio de conciencia. Estamos empoderando a una persona a la vez a aprender a amarse a sí mismo, y por resultado a amar a los demás.

Usemos el internet no solamente como medio de información, sino también como una herramienta para crear espacios que ayuden a empoderar a hombres, mujeres y sobre todo a las nuevas generaciones – a esos millones de niños y niñas que son agresores y víctimas potenciales y que pasan tantas horas conectados al internet – a aprender que todos tenemos la posibilidad de manifestar LO MEJOR de nosotros mismos, a relacionarnos con respeto y sin necesidad de violencia, y a escoger lo que nos sirve y lo que no nos sirve en esta vida para ser realmente felices.

Espacios en el internet en donde se transmitan conocimientos, se compartan experiencias y se generen ideas.

Porque la existencia de la violencia implica que se nos acabaron las ideas.

¡Aquí estoy…!

¿Cuántas veces le damos más importancia a los eventos que suceden a nuestro alrededor que a lo que existe dentro de nosotras mismas?

¿Cuántas veces permitimos que nuestra percepción de lo que “nos pasa” se convierta en el centro de nuestra existencia y dejamos de escuchar nuestra voz interior?

Si eres de las bellas y fieles seguidoras de 40ymas.com te habrás dado cuenta de que han pasado ya dos semanas desde la última vez que compartí un artículo en este espacio. ¿Por qué? Precisamente porque me enfoqué en darle prioridad a mi experiencia externa, a los “problemas” de la vida, en lugar de crear tiempo para esto que es mi verdadera pasión.

Pero aquí estoy de vuelta decidida a SER yo misma y convencida de que nada ni nadie puede detener mi camino.  Decidida a seguir cantando, como bien lo dice la hermosa reflexión que comparto con ustedes a continuación y que espero les guste tanto como a mí…

Sigue cantando

¿Te has puesto a observar la actitud de los pájaros ante las adversidades?

Dedican días y días a hacer su nido, recogiendo materiales a veces traídos desde largas distancias.

Y cuando ya está terminado y están prontos para poner los huevos, las inclemencias del tiempo o la obra del ser humano o de algún animal lo destruye y tira por suelo lo que con tanto esfuerzo se logró.

¿Qué hace el pájaro? ¿Se paraliza, abandona la tarea?

De ninguna manera. Vuelve a comenzar, una y otra vez, hasta que en el nido aparecen los primeros huevos.

A veces, muchas veces, antes de que nazcan los pichones algún animal, un niño, una tormenta, vuelve a destruir el nido, pero esta vez con su precioso contenido.

Duele recomenzar desde cero. Pero aun así el pájaro jamás enmudece ni retrocede, sigue cantando y construyendo, construyendo y cantando.

¿Has sentido que tu vida, tu trabajo, tu familia, tus amigos no son los que soñaste? ¿Has querido decir basta, no vale la pena el esfuerzo, esto es demasiado para mí?

¿Estás cansado de recomenzar, del desgaste de la lucha diaria, de la confianza traicionada, de las metas no alcanzadas cuando estabas a punto de lograrlo?

Así te golpee la vida una vez más no te entregues nunca, di una oración, pon tu esperanza al frente y arremete.

No te preocupes si en la batalla sufres alguna herida, es de esperar que algo así suceda.

Junta los pedazos de tu esperanza, ármala de nuevo y vuelve a arremeter.

No importa lo que pase… no desmayes, sigue adelante.

La vida es un desafío constante pero vale la pena aceptarlo.

Y sobre todo… ¡nunca dejes de cantar!

El reto de saber recibir

“¡Pero que bonito vestido traes puesto, se te ve muy bien! … Bueno, no es mío, es que me lo prestó mi hermana, yo no tengo ropa tan linda…”

¿Te reconoces? ¿Eres de las que nos cuesta mucho trabajo recibir un elogio, un halago, o hasta un regalo de los demás?

Desafortunadamente a muchas mujeres nos sucede precisamente esto.  Somos buenísimas para dar y regalar, pero a la hora de recibir, como que “nos atoramos”.

No estamos acostumbradas a estar del otro lado de la balanza del dar-recibir y simplemente no sabemos cómo manejar una situación tan sencilla como dar las gracias con afecto y sin una explicación del porqué merecemos, o no, ese regalo o ese cumplido.

Para muchas mujeres nos es más difícil recibir que dar. ¿Por qué? Porque el recibir nos pone en una posición vulnerable y el dar nos hace sentir fuertes y con poder.  Para gozar del proceso de recibir, debemos aprender a estar en contacto con nuestra vulnerabilidad y cómodas con esa parte de nosotras que acepta que SI TENEMOS NECESIDADES, y que está bien que no seamos las que siempre damos.

Piensa que cuando te pones en posición de receptora, lo que estás haciendo es empoderar a quien te está dando u ofreciendo algo, ya que esa otra persona se siente fuerte y poderosa con el acto de darnos eso: un obsequio, su tiempo, un abrazo, unas palabras bellas…

Por eso te invito a que la próxima vez que quieras hacer sentir realmente bien a alguien, ¡simplemente recibe lo que te este dando sin explicaciones, con gusto y sobre todo con mucho aprecio!