SÍ, confieso que sucumbí a la tentación de leer el primer libro de la trilogía de E.L. James que ha causado sensación entre tantas mujeres de 40YMAS, “Cincuenta Sombras de Grey”.
Me decidí a leerlo, primero, porque lo mío es devorar cualquier libro que me pongan en frente y, segundo, por curiosidad de saber qué es lo que lo ha convertido tan rápidamente en un best seller del New York Times. Y bueno, también por conocer algo de ese nuevo género literario que ha sido tan aptamente llamado por los críticos como “mommy porn” (pornografía para mamis).
El debate sobre si es buena o mala literatura es tema para otro sitio y momento, pero en lo que seguramente todas las mujeres que lo hemos leído estamos de acuerdo es que no nos caería nada mal tener a Christian Grey en nuestra vida.
Aunque sea por un ratito.
Y quizá sin sus manías pervertidas… y sin sus cambios agresivos de carácter… y sin su afán controlador y manipulador… y sin…
¿O quizá lo que nos gustaría es simplemente el chico guapo, joven, “picante” y acaudalado con una personalidad más balanceada y sensible?
¿O quizá lo que realmente queremos es una pareja que no sea ni tan guapo, ni tan joven, ni tan millonario pero que nos trate con amor, respeto y con quien nos sintamos cómodas para experimentar cosas nuevas en la intimidad?
La verdad es que creo que todas ya tenemos un Christian Grey en nuestra vida o tenemos derecho a tenerlo.
“Christian Grey” puede ser esa parte de una relación íntima de pareja que osa salirse de la zona de confort, que se atreve a ver la intimidad sin miedos y con el deseo mutuo de divertirse y disfrutar plenamente sin lastimarse.
Porque cuando llegas a los 40ymás y aprendes a sentirte totalmente cómoda con tu cuerpo y con tu forma de compartir lo que te gusta, o no, con tu pareja, no necesitas que un chico multimillonario de 27 años te encierre en un cuarto rojo para ser feliz.