Para hacer realidad tus sueños primero debes DESPERTAR

El titulo de este artículo es una de las frases que he leído últimamente que mas me han gustado, ya que transmite en pocas y sencillas palabras lo que representa vivir conscientemente como mujer de 40 y más.

Aparte de lo que despertar significa literalmente, “el despertar de consciencia” es un concepto que simboliza diferentes cosas para diferentes personas.  Pero a fin de cuentas en lo que todas estamos de acuerdo es que cuando despertamos vemos las cosas y situaciones de una manera diferente, que siempre es más clara de lo que era cuando estábamos “dormidas”.

Nuestro corazón es el centro en donde nace la gama completa de nuestros sentimientos y emociones.  Emociones que pueden ser tan bellas como el amor, la generosidad o la compasión; o no tanto como el miedo, la ira o la tristeza.

El vivir conscientemente es, entre otras cosas, el reconocer que cada emoción que sentimos y vivimos no es más que una faceta de nuestro SER y que no debemos temer el experimentar cada una de estas facetas cuando se presentan ya que nuestra esencia va mucho más allá de ese sentimiento en particular.

Es decir, si lo que estas sintiendo en este momento es generosidad ¡vivela! … igual que si lo que estas sintiendo es ira, ¡siéntela! Mientras que no lastimes a nadie, permítete sentir tu ira ya que tu tranquilidad está del otro lado de ese sentimiento.  Tú no ERES ira, sino que tu ira es simplemente un aspecto de ti que estas experimentando en este momento.

Saber y reconocer que nuestros sentimientos no tienen el poder de limitar nuestro potencial nos ayuda a sentirnos libres de expresar lo que somos y lo que deseamos ser con verdadera autenticidad.

En pocas palabras, al vivir despiertas, nos volvemos dueñas de esa parte que siempre hemos considerado “obscura” dentro de nuestro corazón, ya que esta parte también es un fragmento de lo que somos.  Y nosotras mismas tenemos la capacidad de TRANSFORMAR el aspecto de la energía que nos esta afectando en energía positiva que nos ayude a crecer.

Al despertar dejamos de juzgarnos a nosotras mismas y nos aceptamos como mujeres completas capaces de realizar todos nuestros sueños.

¡Vence tus miedos!

¿Qué harías diferente hoy si no tuvieras miedo?”Hace unos días hice la siguiente pregunta en la página de Facebook de 40ymas.com: “¿Qué harías diferente hoy si no tuvieras miedo?”

Las respuestas fueron muchas y no tan variadas como se podría suponer.  De hecho la que más se repitió, y que me sorprendió, fue el deseo de varias de ustedes de irse a vivir a otro lugar.

Me sorprendió no porque sea una respuesta inesperada, sino porque creo que es un deseo común de muchas mujeres, yo misma incluida, en esta etapa de nuestras vidas.  Parece que en nuestra mente relacionamos el mudarnos a otra ciudad o país con el llegar a ser más felices en nuestras vidas.

¿Pero es realmente así? ¿El irte a vivir a la playa o a las montañas realmente mejora tu vida?

Hace exactamente tres años yo comencé el proceso de mudarme de país ya que estaba segura que al hacerlo me sentiría más feliz.  Era lo que mi corazón deseaba en ese momento y vencí todos los obstáculos que tenía en frente de mí (incluyendo un miedo acumulado por 10 años) para lograrlo.

¿Y qué sucedió?, se preguntarán.  ¿Fue acaso esa mudanza que me llevo de un continente a otro el elixir de la felicidad?  La respuesta es NO.  No fue el cambio de país el que me hizo sentir mejor conmigo misma y mi situación, sino el sentimiento de que finalmente yo tomaba el control de mi vida. 

En realidad y en retrospectiva me doy cuenta de que la experiencia de lograr ese cambio fue absolutamente maravillosa, pero no por el cambio de país en sí, sino porque finalmente, después de mucho tiempo vencí el miedo que tenía de realizarlo.

A partir de esa mudanza he vivido muchas cosas bellas, pero también muchas situaciones difíciles. Situaciones que en numerosas ocasiones me han hecho dudar de mi decisión.  Pero finalmente son experiencias que le doy gracias a la vida de estar poniendo en mi camino, porque me doy cuenta de que cada vez que aparecen frente a mí me recuerdan que si ya supere uno de los temores más grandes que he sentido, entonces tengo la capacidad de vencer cualquier cosa que se interponga en mi camino.

Porque yo, y nadie más, soy quien decide como vivo mi vida. Porque ahora más que nunca CREO EN MI.

Por eso te invito a vencer tus miedos, cualesquiera que éstos sean, y a disfrutar el sentimiento maravilloso de finalmente tomar las riendas de tu vida.

De pasión a obsesión

Muchas mujeres caemos en el error de definirnos y validarnos a través de nuestra relación con un hombre.  Tu pasión es eso que da sentido a tu vida.  No es lo que haces o lo que tienes, sino lo que ERES y en lo que te estas convirtiendo cada día.  Pero ¿sabías que, desafortunadamente, es muy fácil confundir tu pasión con una obsesión?

Cuando encuentras tu pasión en la vida te sientes más que bien contigo misma.  Te conectas con quién eres y eso crea una maravillosa sensación de bienestar y paz.  Reconoces tu centro de poder femenino y sabes que puedes lograr todo lo que deseas, porque estas en conexión con quien más amas: tú misma.

Pero es muy fácil confundir esta sensación que nace dentro de nosotras mismas y que nos conecta con nosotras mismas con la que nos puede dar un estímulo externo, como puede ser una relación amorosa.

En una relación romántica nos podemos llegar a sentir muy apasionadas.  Muy conectadas con la otra persona y eso es muy bello, pero debemos estar conscientes que ese vínculo no es nuestra pasión.  El amar a alguien es una experiencia increíble que nos invita a compartir nuestro amor, pero no es lo que SOMOS, no es lo que nos define.

Muchas mujeres caemos en el error de definirnos y validarnos a través de nuestra relación con un hombre.

Sentirnos enamoradas, amadas, queridas y protegidas puede llegar a tomar más importancia que nuestra propia relación con nuestro ser.  ¿Y qué sucede cuando esa relación romántica termina? ¡Nos sentimos destruidas y obsesionadas porque no nos deje solas ese hombre que nos hizo sentir tan bien en su momento!

Y es exactamente en ese momento cuando muchas mujeres perdemos nuestra dignidad, rogándole a ese hombre que regrese a nuestra vida, aunque él ya no quiera estar con nosotras, creyendo que “no podemos vivir sin él”.

Nos obsesionamos con la persona como un adicto se obsesiona con su dosis de droga.  Queremos revivir el momento de éxtasis que sentimos alguna vez con ese hombre, pero no nos damos cuenta que en el deseo de revivir una situación que ya quedó en el pasado, que ya fue, que ya no existe más, nos estamos haciendo mucho daño.

Por eso es tan importante reconocer siempre que nuestra pasión no está y nunca estará basada en nuestra relación con otras personas o en lo que otras personas deciden que somos o no somos; sino con la relación que tenemos con nosotras mismas.  Tu pasión puede ser el ayudar a otras personas o el amar a otras personas, pero todo basado en TU propio crecimiento y tu propia conexión con tu SER interior.

Recuerda que tu experiencia exterior siempre será un reflejo de tu experiencia interior.  Amate mucho y no permitas que nadie tenga tanta influencia sobre ti como para hacer que pierdas de vista a la persona más importante en este mundo: ¡TU MISMA!

Pon un Christian Grey en tu vida

SÍ, confieso que sucumbí a la tentación de leer el primer libro de la trilogía de E.L. James que ha causado sensación entre tantas mujeres de 40YMAS, “Cincuenta Sombras de Grey”.

Me decidí a leerlo, primero, porque lo mío es devorar cualquier libro que me pongan en frente y, segundo, por curiosidad de saber qué es lo que lo ha convertido tan rápidamente en un best seller del New York Times.  Y bueno, también por conocer algo de ese nuevo género literario que ha sido tan aptamente llamado por los críticos como “mommy porn” (pornografía para mamis).

El debate sobre si es buena o mala literatura es tema para otro sitio y momento, pero en lo que seguramente todas las mujeres que lo hemos leído estamos de acuerdo es que no nos caería nada mal tener a Christian Grey en nuestra vida.

Aunque sea por un ratito.

Y quizá sin sus manías pervertidas…  y sin sus cambios agresivos de carácter…  y sin su afán controlador y manipulador…  y sin…

¿O quizá lo que nos gustaría es simplemente el chico guapo, joven, “picante” y acaudalado con una personalidad más balanceada y sensible?

¿O quizá lo que realmente queremos es una pareja que no sea ni tan guapo, ni tan joven, ni tan millonario pero que nos trate con amor, respeto y con quien nos sintamos cómodas para experimentar cosas nuevas en la intimidad?

La verdad es que creo que todas ya tenemos un Christian Grey en nuestra vida o tenemos derecho a tenerlo.

“Christian Grey” puede ser esa parte de una relación íntima de pareja que osa salirse de la zona de confort, que se atreve a ver la intimidad sin miedos y con el deseo mutuo de divertirse y disfrutar plenamente sin lastimarse.

Porque cuando llegas a los 40ymás y aprendes a sentirte totalmente cómoda con tu cuerpo y con tu forma de compartir lo que te gusta, o no, con tu pareja, no necesitas que un chico multimillonario de 27 años te encierre en un cuarto rojo para ser feliz.

Pero si llegara a suceder… ¡no te olvides de contarnos!