Todas las mujeres experimentamos momentos de intuición, corazonadas, o eso que comúnmente llamamos “nuestro sexto sentido”, pero… ¿cuántas de nosotras hacemos realmente caso a esa voz interior?
La intuición es el saber algo sin ser capaz de explicar cómo se llegó a esa conclusión. Es el que una misteriosa corazonada o instinto resulten ser atinados cuando los analizamos en retrospectiva.
Lo que sucede es que hay veces que almacenamos información sin darnos cuenta (como el lenguaje corporal de otras personas) la cual queda registrada en nosotras como una sensación que no se puede articular en ese momento, pero que bien podría ser válida.
Puede ser difícil depender de algo que no entendemos totalmente y quizá no debamos basar cada una de nuestras decisiones en la intuición, pero imagina que un día te levantas y te sientes con muchísima suerte ¿dejarías pasar la oportunidad simplemente porque todo lo que tienes es una “simple corazonada”?
Como todo sentimiento que fluye a través de nosotras ¡deja tu instinto fluir! Dejar fluir nuestras emociones, sin lastimarte a ti y sin lastimar a los demás, es uno de los secretos para ser realmente feliz.
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Con esto no te estoy invitando a que cada vez que te sientas “suertuda” te gastes tu ingreso entero jugando en línea, sino que simplemente canalices tu intuición femenina de una manera sana.
Lo importante es no reprimir tu instinto, que es algo que muchas mujeres desafortunadamente hacemos. Hemos crecido escuchando que el seguir nuestras corazonadas es actuar irracionalmente, y nos da un miedo terrible el actuar nuestros instintos por miedo a ser juzgadas.
¡Y como no nos va a dar miedo si a lo largo de la historia las mujeres que han actuado conforme a su sexto sentido han sido acusadas de brujas y quemadas en la hoguera!
Por eso la próxima vez que tengas un presentimiento, te invito a que recuerdes que nuestro instinto es algo implícito en nuestra femineidad. ¡No lo reprimas! Mejor vívelo y disfrútalo, ya que es un llamado más de tu corazón a escucharlo.