Las mujeres que somos madres generalmente estamos acostumbradas a tomar la mayoría de las decisiones de nuestros hijos pequeños: Nosotras somos quienes decidimos cuándo es la hora de la comida y lo que se va a comer, manejamos sus horarios, y decidimos cuando atienden o no actividades extracurriculares. Nosotras determinamos cuando pueden prender el televisor y que programas pueden o no ver. ¡Algunas de nosotras llegamos tan lejos en nuestro deseo de controlarlo todo que incluso intentamos hacer que nuestras hijas se vistan como nosotras!
El resultado de esta actitud es que nuestros hijos se llegan a sentir impotentes ante tanto control… ¡y en realidad tienen toda la razón! La capacidad de elección es una necesidad humana innata.
Entonces, ¿qué puedes hacer al respecto si eres una de esas mamás que lo quiere tener todo bajo control?
Según Stacey Kaye, autora de varios libros sobre maternidad, lo mejor que puedes hacer es empezar por empoderar a tus hijos ofreciendoles el poder de elegir.
En lugar de mandar a tu hijo a vestirse prueba decirle algo como esto:
- ¿Te gustaría ponerte la camisa de rayas azules o la camiseta verde con el dinosaurio?
- ¿Te gustaría ponerte tu ropa interior de Barbie o la de corazones?
- ¿Te gustaría cepillarte primero los dientes o el cabello?
En lugar de obligar a tu hijo a seguir la rutina que tú has impuesto para antes de irse a dormir, prueba decirle algo así:
- ¿Te gustaría tomar tu baño con o sin burbujas?
- ¿Te gustaría ponerte la pijama de Superman o la del Hombre Araña?
- ¿Te gustaría dormir con tu conejito o con tu osito de peluche? sigue leyendo