Dice el dicho que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Y aunque ninguna de nosotras somos diablas, ¡NI VIEJAS!, es cierto que con la edad nos vamos haciendo mucho más sabias y, por lo tanto, mucho más interesantes.
Hay ciertas cosas que como mujeres de más de 40 sabemos gracias a la experiencia que nos han dado los años. Son cosas que no aprendimos en la escuela, que ningún maestro nos enseñó y que no leímos en ningún libro, pero que simplemente sabemos: las hemos ido aprendiendo en la escuela de la vida.
He aquí esta lista con 10 de las muchas cosas que nadie nos tiene que contar, ya que son parte de la sabiduría y el sentido común de toda mujer de más de 40 años de edad:
Toda mujer de 40ymás sabe muy bien que…
- Las labores del hogar siempre pueden esperar. El darnos tiempo para jugar con nuestros hijos o nietos, el pasar un rato bonito con nuestro marido y el disfrutar de la compañía de nuestras amigas es más importante que el mantener una casa impecable.
- Cuando nos empezamos a cuestionar si cierto vestido o cierta mini-falda se nos ve bien o no es porque probablemente no se nos ve bien.
- La única manera de bajar de peso sanamente es comiendo menos, siguiendo una dieta rica en frutas y verduras, eliminando las grasas y haciendo ejercicio.
- Cuando tenemos algo importante que decir o compartir con alguien es mejor llamarle por teléfono que enviarle un mensaje de texto.
- El pasar la noche del sábado en casa frente al televisor no es una tragedia sino ¡una gloria!
- En nuestra bolsa siempre es bueno llevar una crema de manos para protegerlas de los elementos, mantenerlas hidratadas y viéndose más juveniles.
- Una verdadera muestra de amor no es una caja de chocolates ni un ramo de flores, sino cuando el hombre que amamos se pasa horas buscando una farmacia abierta para comprarle su medicina a nuestro hijo enfermo.
- Los hombres con el cabello entrecano son muy sexys, ¡y para prueba basta George Clooney!
- La crema de cara con protección solar no es solo para usarla durante las vacaciones, sino que la usamos todos los días para evitar la aparición de líneas de expresión.
- Esos bochornos repentinos no se deben a que alguien le subió de repente a la calefacción, sino a los ajustes hormonales de nuestro cuerpo.