Diversidad con hechos, no con palabras

Tanto ha cambiado la conversación sobre los derechos de la mujer en los últimos años que se ha puesto de moda que instituciones, marcas y empresas busquen crear historias de diversidad para no ser criticadas como excluyentes.

Pero en el proceso de tratarse de posicionar como progresivos y alineados con la situación actual, quienes toman las decisiones sobre este tema tan sensible – y que muchas veces son hombres – no piensan en que la conversación de género no es algo que se resuelve hacia afuera con poner una cara femenina como embajadora de marca. El verdadero trabajo para crear espacios diversos debe comenzar desde adentro, con la contratación y promoción de talento femenino que aporte al crecimiento de la organización mientras se fomenta el equilibrio y la equidad.

Mucho ojo que mencioné TALENTO. Siempre, y sobre todas las cosas lo que se debe contratar o promocionar es talento, no género. Pero la oportunidad se debe abrir al talento femenino para participar en estos procesos que lleven a más mujeres cada día a posiciones de liderazgo.

Me imagino que si has leído hasta aquí probablemente te preguntaras “¿Y esto a mi qué, si yo no trabajo en una organización como la que comentas?”

Creo que esto nos incumbe a todas las mujeres, sobre todo a las de 40 años y más, porque aunque no tengamos un espacio en el mundo corporativo o político — donde quizá podríamos tener un impacto más inmediato – todas tenemos hijas o nietas o hermanas o sobrinas, y más importante: hijos o nietos o hermanos o pareja, que están directa o indirectamente involucrados en el crecimiento personal y/o profesional de otras mujeres.

Mientras más compartamos entre nosotras, y con los hombres de nuestra vida, el pensamiento de que la diversidad no es solo una palabra de moda sino un reflejo de la madurez de una sociedad que acepta y respeta la aportación de todos sus integrantes, más fácil será todo para las generaciones de mujeres que están hoy entrando al mundo laboral.

4 años más tarde…

4 años

Acabo de caer en cuenta que el último artículo que escribí en este espacio de 40ymas.com fue en diciembre de 2014… ¡hace un poco más de 4 años!

Mucho ha sucedido en este tiempo que demuestra que el proyecto que comencé 10 años atrás está completamente alineado con lo que muchas mujeres hemos buscado en esta última década: empoderarnos para que nuestra voz sea escuchada. Movimientos como #MeToo y las marchas femeninas que se han dado en todo el mundo por los derechos de las mujeres confirman que juntas hemos estado forjando el camino para hacer que ese mundo sea más equitativo y equilibrado. Un mundo donde reconozcamos que la energía femenina y masculina no son exclusivas, sino inclusivas.

Por mi parte, dejé de escribir en este espacio que fue mi motor durante muchos años no porque no tuviera nada que decir. Decidí conscientemente que era hora de llevar la teoría a la práctica. De llevar lo que escribí durante 6 años continuos a mi realidad actual, a mi trabajo en el mundo corporativo.

Han sido 4 años de emociones intensas, de mudanzas, de cambios, de viajes, de retos que nunca imaginé; pero sobre todo de oportunidades de compartir con las mujeres (y los hombres) con los que he colaborado mi forma de ver esta aventura llamada vida. No con palabras escritas, sino con hechos. Ha sido una gran experiencia de convertir quien SOY en lo que HAGO.

Mientras tanto cerré una nueva década ¡y acabo de cumplir 50! Debo confesar que me siento mejor que nunca, llena de energía y de historias que compartir. Es por esto que he decidido recomenzar a escribir en este espacio.

Muchas de las que me acompañaron en un principio ya deben ser maravillosas mujeres de 50ymás con nuevas experiencias e inquietudes y ¡me siento muy emocionada de retomar la conversación con ustedes y seguir creciendo juntas!

Crea el 2015 que deseas

2015Hace mucho tiempo que deje de hacer propósitos de año nuevo, porque estoy convencida de que no sirven.  Los propósitos son limitantes y, aceptémoslo, muy frustrantes cuando no los cumplimos o materializamos durante las primeras semanas del año.

Por eso llevo varios años que decidí enfocar mi energía en un tema específico sobre el cual elijo basar mis decisiones, acciones, sentimientos y pensamientos durante los 365 días que dura el nuevo ciclo que inicia cada 1º de enero.

Después de un año de DESAPEGO durante 2013, hace exactamente un año compartí en este espacio mi tema para el 2014: LA ATRACCIÓN.  Mi idea era atraer a mi vida todo lo mejor y nada más que lo mejor para ocupar todos los espacios que abrí durante el año anterior.

Y la pregunta obliga: ¿Funcionó? ¿Realmente atraje a mi vida todo lo que deseaba en mi corazón?

Pues les comparto que SI y NO.

En el aspecto laboral llegó un nuevo trabajo a mi vida, el cual yo estaba segura en su momento que era lo mejor que me pudo haber sucedido.

En lo romántico también inicié una nueva relación, y estaba segura en su momento que esa persona era justamente quién había estado esperando toda mi vida.

Pero en este momento no puedo afirmar lo mismo en ninguno de los dos casos.  ¿Por qué? Porque en ambas situaciones me acabo de dar cuenta que me ha faltado un elemento muy importante, que es precisamente el tema que he elegido para 2015: LA CREACIÓN.

Porque no es suficiente ATRAER algo bueno a tu vida si no trabajas día a día para que esa situación sea la mejor, no solo para ti, sino para todas las personas involucradas.

Cualquier relación, ya sea laboral o sentimental, requiere de trabajo, requiere de esfuerzo, requiere de tu poder creativo minuto a minuto para percibirla, convertirla y mantenerla como algo positivo, como un espacio de crecimiento y aprendizaje en donde, la verdad, hay que echarle muchas ganas, corazón y mente para que funcione.

Es por esto que mi tema para el año que comienza en unos días es CREAR.

Crear lo mejor y nada más que lo mejor para mí, no solo con lo que atraigo a mi vida, sino con lo que YA EXISTE en ella.

Tomo la responsabilidad de CREAR para mí misma el 2015 que deseo y merezco.

Y tu amiga de 40ymás:

¿Qué tema eliges para el nuevo año?

El resultado

La vida no es un resultado, es un procesoComo mujeres de más de 40 hemos vivido ya muchos años acostumbradas a que nuestra vida sea regida y juzgada en base a resultados: de pequeñas si no recogíamos nuestros juguetes, mamá no nos llevaba al parque; en la escuela si no sacábamos buenas calificaciones, nuestros padres nos regañaban; en el trabajo si no cumples con las metas de ventas mensuales, te arriesgas a perder tu empleo…

Vivimos tan enfocadas, obsesionadas, y hasta preocupadas en obtener buenos resultados en todo lo que hacemos que nos olvidamos de vivir y disfrutar del proceso.

Porque finalmente la vida es una sucesión de procesos, no solo de resultados.  La vida misma tiene un resultado.  Un único resultado que va a llegar tarde o temprano, nos guste o no nos guste: la muerte.

La muerte es el resultado de la vida, pero la vida también es un proceso.  No vivimos para morir, vivimos para disfrutar.

Con esto no quiero decir que te olvides de los resultados de los proyectos que emprendes, sino que te enfoques también en la belleza del camino que recorres para llegar a ese resultado.  Por ejemplo, si te pones a dieta “para bajar 5 kilos” es muy diferente que ponerte a dieta “para vivir más sanamente”.  ¿Te das cuenta?  Vivir sanamente es el camino que te va a llevar a bajar el peso que quieres,  el cual es más fácil de disfrutar y aceptar que si estas enfocada solo en los 5 kilos que te sobran.

“Estudio para crecer como persona” es muy diferente que “estudio para pasar la materia”; igual que “trabajo para superarme” es muy distinto que “trabajo para pagar la renta”.

Esto es precisamente lo que significa vivir plenamente.  Es el saber que estamos trabajando por algo y para algo: un sueldo al final del mes, una buena calificación al final del año, un reconocimiento o elogio por una labor bien hecha; pero que el sendero que escogemos para lograrlo puede ser tan dichoso o tan miserable como nosotras lo elijamos.

Vivir plenamente es disfrutar cada momento de la vida, porque cada instante es un regalo que llega a nosotras envuelto de miles de oportunidades para ser felices.