Mamá de hijos triunfadores

Educar hijos triunfadoresHace unas semanas recibí un mensaje de un amigo que incluía un pensamiento muy interesante y profundo acerca de cómo educar hijos triunfadores.

Me gustó mucho porque coincide con mi forma de pensar, en que la definición de un triunfador no necesariamente equivale a tener mucho dinero ó éxito en los negocios.

Triunfar en la vida es, a fin de cuentas, el lograr ser feliz con lo que somos y con lo que hacemos. Ser feliz es vivir plenamente y gozar lo que tenemos en esta vida.

Este pensamiento lo encontré atribuido tanto a Luís Baba Nakao como a Osvaldo Moreno. Si alguien sabe con certeza quien lo escribió originalmente, le agradeceré me lo haga saber para darle el crédito que se merece.

Cómo educar hijos triunfadores

Debemos preparar a nuestros hijos para el mundo del futuro, no el mundo de nuestros padres ni el nuestro. En ese mundo lo determinante para triunfar será el carácter y no el conocimiento, como muchos pudiéramos creer. Tener temple, salir de los fracasos adecuadamente, hacer de los fracasos un desafío y no una tragedia, eso será lo que buscarán los seleccionadores de personal. Para los trabajadores independientes será un auto requisito.

Un hijo forjará carácter si percibe claramente la autoridad de los padres. Con presencia de autoridad los niños y jóvenes a su vez actuarán con autoridad para resolver sus problemas; actuarán por determinaciones. Sin presencia de autoridad nuestros hijos serán débiles de carácter y actuarán por impulsos con los consecuentes problemas de adaptación. sigue leyendo

Abuela a los cuarenta y tantos

Abuela jovenComo escribí en un artículo reciente, una de las bellezas de ser mujer de más de 40 es que de la misma manera que podemos estar todavía procreando hijos, es también posible que tengamos hijos pequeños, adolescentes y, en muchos casos, recién cumplimos los 40 nos encontramos adaptándonos al papel de abuela jóven.

En esta etapa de nuestras vidas en que nos seguimos viendo y sintiendo estupendamente bien, el título de “abuela” es uno que a muchas mujeres les cuesta trabajo adoptar.

Pero analicémoslo un poco: ¿Qué es lo que en realidad significa ser “la abuela”?

Ser abuela no significa que eres una viejita de bastón y chal, ó que llegó la hora de “pasar la antorcha” a las generaciones más jóvenes y hacerte a un lado. Es simplemente un papel existencial en un mundo transitorio. Es como un título de nobleza que cada vez que lo escuchas deberías de sentirte orgullosa de él.

Recientemente leí una entrevista en la revista Vanity Fair en donde la editora comenzó la descripción de una ex-alcaldesa estadounidense como “una abuela de tres nietos.” Y en un popular concurso de televisión, al presentar al público a una mujer de negocios, el locutor la señaló como “una abuela” antes de comenzar a enumerar sus múltiples títulos profesionales. Creo yo que el objeto de haber definido a estas mujeres antes que nada como abuelas no fue para humillarlas encasillándolas en un papel estereotípico del género femenino, por el contrario, esta identidad de abuelas les da un estatus especial en la sociedad. Cuando te defines como una abuela, piensa que proyectas que tienes raíces en el pasado e influencia en el futuro.

Si te ves y sientes joven y hermosa, no te agobies por ser llamada abuela, sobre todo enfrente de tus nietos. Si te oyen decir que eres demasiado joven para ser abuela, pueden llegar a sentir que no te gusta serlo. Además, ser una abuela joven es divertido. Si tienes la energía para ir al gimnasio 3 ó 4 veces a la semana, innegablemente la tienes para seguirles el paso a tus nietos.

La seguridad que nos da la edad, combinada con el hecho de que ya no eres la madre sino la abuela, también te da un sentimiento adicional de libertad. Ya no tienes que lidiar con el arduo trabajo de educar a tus hijos. Como abuela, ¡tu trabajo es ser divertida y divertirte!

Ha llegado tu oportunidad de hacer lo que te plazca y de complacerte a ti misma. ¿Paracaidismo? ¿Clases de baile de los siete velos? Cualquier locura que se te ocurra es tu límite. Deja que sean ahora tus hijos los que sacudan la cabeza y suspiren por las cosas que se te ocurren, pues es tu momento de vivir la vida a fondo.

Recuerda que el título de abuela es testimonio de que has vivido ya las etapas que generalmente son las más dificultosas de la vida. Ya viste por tu familia y has trabajado duro por ellos durante muchos años. Tienes una vasta experiencia y un conocimiento genuino del mundo. Has cumplido con tu tarea de traer al mundo a las generaciones del futuro. Así que mantén la cabeza en alto: ¡Eres una abuela y debes estar orgullosa de ello!

Tu hijo ó hija pre-adolescente

Tu hija pre-adolescenteLo has amado y cuidado desde el día en que lo trajiste a casa del hospital en donde nació. Te emocionaste mucho la primera vez que se sentó, sonreíste cuando aprendió a gatear y luego a caminar, y le aplaudiste cuando dijo sus primeras palabras. Los años en la escuela primaria se fueron volando y, de repente, ¡tu pequeño príncipe ó tu princesita está a punto de entrar ó ya está en la secundaria!

Y así te das cuenta que sus amigos han cambiado, su ropa ha cambiado y su actitud hacia ti también ha cambiado. Entonces te preguntas ¿Qué fue lo que pasó? … No mucho en realidad, simplemente “tu bebé” está creciendo.

Cambios, cambios y ¡más cambios!

Cuando los niños llegan a sus años de pre-adolescencia ó pubertad, hay una gran cantidad de cosas que les comienzan a suceder al mismo tiempo. No solamente se encuentran con un cuerpo completamente diferente al que tenían unos meses atrás, sino que también es el momento en el que descubren que viven en una sociedad en donde hay diferentes grupos de personas que son clasificados de acuerdo a su personalidad, en lugar de ser simplemente ser diferenciados por su edad. ¿Y ellos cómo van a definir su personalidad? A través de su medio ambiente.

Su independencia se convierte de repente en un factor muy importante en su vida. El ó ella empiezan a utilizar términos que tú quizás nunca hayas oído ó que tenían un significado completamente diferente cuando eras más joven. Tanto ha cambiado, que las madres muchas veces nos encontramos “perdidas” entre tanta novedad, y la primera reacción suele ser que confundamos estos cambios con rebeldía; y esto naturalmente crea fricciones entre los hijos y la madre.

El castigo y el niño pre-adolescente

Para los niños y niñas de entre los 10 y 13 años, la experiencia de encontrarse a sí mismos es una que involucra mucho ensayo y error. Como madre, nunca es bueno castigar a tu hijo por probar cosas nuevas. Puedes no estar de acuerdo con la nueva moda de tu hija ó los nuevos amigos de tu hijo, pero definitivamente no es tu trabajo el tomar esas decisiones por ellos. Si tu hijo cae en “mala compañía”, por ejemplo, cigarro ó alcohol, lo mejor que puedes hacer es hablar con él (con la mayor calma posible) y hacerle saber claramente las consecuencias de esas acciones.

Decirle a un pre-adolescente “no” ó castigarlo sin una explicación sólo empeorará las cosas. Cuanto más intentes detenerlo de vivir una experiencia, más posibilidades hay que haga todo lo posible por vivirla. Si mantienes la línea de comunicación abierta, te será mucho más fácil sobrellevar esta fase de la vida de tus hijos. Una cosa que siempre debes tener en cuenta es que los pre-adolescentes generalmente hacen lo que quieren para conseguir una reacción y hacerse notar. Si no hay reacción, entonces no tiene sentido para ellos hacer algo “indebido”.

Escucha sin juzgar

Los pre-adolescentes generalmente tienen dificultades para hablar con sus padres. No es “cool” hacerlo. Seguramente sus amigos saben más de lo que está pasando en la vida de tu hijo de lo que tú te has enterado. Pero simplemente recuerda: ¿Tus padres estaban enterados de lo que tú hacías durante esa etapa de tu vida? Viendo atrás seguramente te ríes de esos momentos, ya que a esa edad siempre hay maneras de ocultar las pruebas de lo que “traíamos entre manos”.

Por eso, nunca tomes su actitud como algo personal, y entonces tendrás una mejor posibilidad de que tu hijo te dé más información sobre su vida. Nunca lo presiones a hablar contigo, ya que eso hará que se distancie más. Cuando te diga algo, escucha sin juzgar. Por lo general no estará buscando una respuesta ó un consejo, simplemente quiere contarte una historia.

En pocas palabras: la experiencia es la mejor maestra en la vida. Haz lo posible para no obstaculizar las experiencias de tu hijo pre-adolescente y permítele tomar sus propias decisiones (dentro de lo razonable, por supuesto). El ó ella va a pasar por esta etapa mucho más fácil y felizmente pensando que es independientes y responsable de sus propios errores.

Para ti, como madre, también será más fácil ajustarte a esta etapa sabiendo que estás haciendo lo mejor para tu hijo. Y aunque el ó ella no te lo demuestre, seguro lo apreciará mucho más.

No olvides que está creciendo y eso es algo que no puedes cambiar. Así que lo mejor es aprender a amar el momento y disfrutar la experiencia.

Lee más sobre el mismo tema en el artículo Mamá de Adolescentes.

Mamá de adolescentes

Madre de adolescenteUna de las bellezas de ser mujer de más de 40 años es que de la misma manera que a esta edad podemos estar embarazadas, igual podemos ser madres de hijos pequeños, o de hijos adolescentes, o hasta podemos ser ya abuelas. ¡Y más de una o dos de nosotras son todo esto al mismo tiempo!

Este artículo está especialmente dedicado a las mamás que tienen hijos en esa etapa tan interesante de la vida: la adolescencia.

Cuando tienes hijos o hijas de esta edad es normal preocuparse sobre a lo que ellos están expuestos a medida que van creciendo.

Puede que a veces te preguntes si tus hijos van a lograr vivir sus años de pubertad y adolescencia sin mezclarse con la gente equivocada, sin dañar su reputación, y lo más importante, sin olvidar permanecer siempre fiel a los principios que les has inculcado.

Estas son algunas preguntas que te puedes hacer a ti misma para identificar si tus hijos adolescentes van por buen camino:

1. ¿Quiénes son sus amigos?

Una de las maneras más fáciles de comprobar en que está metido tu hijo, es ver qué clase de amigos tiene. Si sus amigos se comportan ó usan un vocabulario que te hubiera gustado que tu hijo nunca usara, entonces puede ser una señal de problema.

El juntarse con una gran cantidad de personas a esta edad es tan usual como lo es el tener un estrecho grupo de amigos, pero si tienes dudas, simplemente fíjate con quien pasa tu hijo la mayor parte de su tiempo y muy discretamente puedes averiguar quién es él o ella y quien es su familia. La presión de los compañeros es muy normal a esta edad, por lo que si te decides a hablar de un “amigo problemático” con tu hijo, asegúrate de tener toda la información posible de antemano.

2. ¿Qué ve tu hijo en la televisión?

Algunos programas de televisión siempre serán populares entre los adolescentes y pre-adolescentes independientemente de su contenido. Sin embargo, como madre debes hacer un seguimiento de lo que están viendo y de qué mensaje están recibiendo.

¿Tu hija de diez años de edad prefiere ver telenovelas que a Hannah Montana ó el canal de Disney? Si este es el caso, tal vez necesitas invertir algo de tiempo en ver algunos episodios juntas para ver exactamente que mensajes está recibiendo tu princesa.

3. ¿Cómo va en la escuela?

Si las calificaciones de tu hijo de repente bajan, puede que se trate de algo tan simple como que necesita un poco de ayuda adicional en un tema específico, ó puede ser un síntoma de algo mucho más grave. Tómate un tiempo para investigar la razón de cualquier modo.

4. ¿Qué sitios visita en el internet?

¿Pasa horas en MSN o Facebook? ¿Qué busca en Google? De la misma forma que sus programas de televisión favoritos son una indicación de en que están involucrados tus hijos, el tiempo que pasan delante de su computadora te puede decir mucho acerca de sus intereses, deseos y problemáticas.

Las salas de chat y los sitios sociales forman una parte importante de la vida social del adolescente. No les prohíbas su uso, sólo asegúrate de que tengas una manera de controlarlos o, mejor aún, discute con ellos abiertamente la forma en que están haciendo el mejor uso de estos. Lo que es más importante, asegúrate de que sepan todos los posibles riesgos de conocer a alguien vía internet y el cómo hacer amistades cibernéticas con seguridad.

5. ¿Qué hay en su guardarropa?

Puede parecer frívolo, pero si tu hija se viste como si fuera a la disco en lugar de cómo una niña preadolescente, probablemente necesitas hacer algo al respecto. La moda es muy importante para todas las niñas de todas las edades, pero algunas modas simplemente no son apropiadas para niñas de menos de 18 años. El que se vista inadecuadamente puede generar un mensaje equivocado para ella misma.

Cuando vayas de compras ayúdale a escoger ropa que sea moderna pero apropiada para su edad, y si le gusta a elegir su propia ropa simplemente ofrécete a acompañarla.

Los hombres tienden a ser un poco menos influenciados por la moda, a esta edad es más probable que se quieran vestir como el resto de la pandilla.

Lo más importante de todo esto es siempre recordar que todo lo que hemos dicho hasta ahora puede señalar hacia un lado mientras que tu hijo o hija están siguiendo el camino opuesto. Poco es lo permanente o duradero a esta edad, así que enfócate en ayudarlos a caminar en la dirección correcta a través de mucha comunicación y confianza.

¡Entonces podrás sentarte y disfrutar orgullosamente viéndolos transformase en adultos felices!