Lo que no se comparte, se pierde

Los humanos, y muy especialmente las mujeres, somos SERES sociales por excelencia.  El compartir es parte de lo que somos y lo que nos ayuda y motiva a evolucionar intelectualmente, emocionalmente y, sobretodo, espiritualmente.

Ahora bien, fuera del aspecto cerebral, del compartir nuestros conocimientos y experiencias… ¿qué tanto compartimos realmente nuestra esencia con los demás?

¿Qué tanto compartes TU tus emociones, tus sentimientos y sobre todo tu amor y belleza interior con los que te rodean?

El miedo a SER nosotras mismas, el temor a que “nos traicionen”, el pavor a que “nos lastimen”, el pánico al “¿qué dirán?” nos ha llevado a muchas mujeres de 40ymás a protegernos con capas y capas de prejuicios, acondicionamientos y actitudes que no nos permiten liberar y compartir todo el amor que vive dentro de nosotras.

Porque dentro de ti hay mucho, ¡pero mucho amor! Todo es cuestión de dejarlo salir.

Piénsalo así: si la historia de un país no se escribiera en algún lado, se perdería.  Si las formulas científicas no se enseñaran en las escuelas, se perderían.  Si el producto de la inspiración de un poeta no se plasmara en un libro, se perdería.

  • Si lo bello que llevas dentro no lo compartes con los demás, se perderá.
  • Si lo único que expresas hacia tu exterior es tu frustración o tu enojo, eso perdurará.

La elección es TUYA.

Por eso te invito a reflexionar en la importancia de compartir no solo tus conocimientos con los demás, sino también tus sentimientos y tu belleza interior.

Te invito a decidir por ti misma el cómo hacerlo: ¿Quizá te gusta expresar lo que llevas dentro dibujando… o escribiendo… o bailando? ¿Ó quizá prefieres compartirlo mediante una palabra sincera con alguien que amas y a quien sientes que no se lo dices lo suficiente? ¿Ó probablemente lo tuyo sea regalarle un abrazo amoroso a tu pareja, a tus hijos o a tus padres frecuentemente?

Solo TÚ sabes bien qué es eso que llevas dentro de ti y que deseas que no se pierda.

¡Escucha a tu corazón y comienza hoy mismo a disfrutar el COMPARTIR con los demás!

Y coincidir…

“Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… ¡y coincidir!” “Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… ¡y coincidir!” Esta frase pertenece a una canción escrita por Alberto Escobar que siempre me ha gustado mucho pero que hasta ahora, como mujer de más de 40, resuena realmente en mi alma.

Hasta hace no mucho cuando alguien entraba a mi vida, y causaba un impacto en ella, creía realmente que era algo que “me estaba sucediendo”, que era una coincidencia pero en el sentido de que debía ser una casualidad el hecho de que nuestras vidas se hayan cruzado.

Pero ahora sé que no es así.  Ahora sé en mi corazón que mi vida siempre va a coincidir con la de personas especiales.  Especiales porque están ahí justo en el momento que debe de SER.  Ni un minuto antes, ni un minuto después.  Coinciden conmigo no porque sea una casualidad, sino una causalidad de la vida.  Porque yo tengo algo que aportar en su vida y él o ella tiene algo que contribuir en la mía.

Lo que los demás traen a nuestra vida depende de nosotras. De cómo deseamos enfrentar cada experiencia que compartimos con los demás.  De qué forma decidimos dar a cada vivencia en la que nos relacionamos con los que coincidimos en este mágico mundo:

  • Porque nosotras tenernos el poder de decidir si queremos basar cada relación en amor o en temor.
  • Porque nosotras tenemos el poder de decidir si fomentar una relación o terminarla.
  • Porque nosotras tenemos el poder de decidir  si el coincidir con alguien precisamente HOY es un regalo de la vida o una maldición.

Por eso te invito a que tomes unos minutos y mires a tu alrededor.

Observa a quienes forman parte de tu mundo en este momento: a tu familia, a tus compañeros de trabajo, a tus amigos, a tus amigas de Facebook, a tu pareja…  ¡y permítete vivir plenamente cada una de esas coincidencias que la vida te esta regalando!

No hay problema…

“Me decepcionó, me humilló, me lastimó, me defraudó, me hizo, me deshizo…” ¿Te has dado cuenta que generalmente tendemos a echarle la culpa a los demás de la mayoría de nuestros problemas?  Y esos “demás” normalmente son las personas que mas queremos.

Muchas mujeres tendemos a olvidar que eso que “nos pasa” no es realmente un problema, a menos que nosotras elijamos que así lo sea; ya que los eventos no tienen realmente un significado, más que el significado que nosotras mismas les damos.

Si tu amiga no te llama el día de tu cumpleaños, eso no significa que lo haya hecho para lastimarte.  Es totalmente tu decisión si tú te sientes lastimada por ese evento.

Si tu pareja hace algo que no te gusta, recuerda que es totalmente tu elección el significado que le deseas dar a ese acontecimiento: puedes elegir sentirte decepcionada o igualmente puedes decidir que lo que sucedió no tiene nada que ver contigo y con su relación.

En lugar de usar nuestra energía para percibir nuestras experiencias como problemas que “debemos resolver”, ¿qué les parece si mejor le damos más importancia al AMAR a los que nos rodean y a apreciar la perfección en cada una de nuestras relaciones?

¡No permitamos que el resolver un “problema” con alguien se vuelva más importante que la experiencia de amar a esa persona!

Todo tiene una razón de SER

Quizá sea una de las frases más trilladas de la historia, pero también es una de las más ciertas y con un significado más profundo del que generalmente le damos: “Todo pasa por algo”.

¿Te ha sucedido que alguien llega a tu vida y sabes de inmediato que esa persona debe estar precisamente ahí en ese momento? Ya sea para servir algún propósito específico, para darte una lección o para ayudarte determinar quién ERES o quién deseas llegar a SER.

Generalmente no sabemos de antemano quién es esa persona, pero cuando miras su alma a través de sus ojos te das cuenta de que el hecho de estar con ella, o el, afectará tu vida de una manera profunda.

¿Y cuántas veces has vivido experiencias que en su momento parecieron terribles, dolorosas, desgastadoras e injustas; pero cuando tuviste la oportunidad de reflexionar, te diste cuenta de que si no hubieras tenido la vivencia de superar esos obstáculos, nunca habrías alcanzado tu verdadero potencial como mujer?

¡Todo sucede por una razón!

Nada sucede por casualidad, y menos por buena o mala suerte. Las enfermedades, las decepciones, y todo eso que vemos como “problemas”, son realmente las experiencias que le dan sentido a nuestras vidas.

Los éxitos y las caídas son el material con el cual creamos la vida que deseamos.

De las malas experiencias es de donde tenemos mucho que aprender: Si sientes que alguien te hiere, te traiciona, te decepciona o te rompe el corazón, trabaja en agradecerle y perdónalo o perdonarla, porque es precisamente esa persona la que te esta ayudando a aprender acerca de la confianza y la importancia de ser cautelosa cuando abres tu corazón.

Si alguien te ama, ámalo de vuelta y sin condiciones…no sólo porque te quiere, sino también porque te está enseñando a amar y a abrir tu corazón a las bellezas de la vida.

¡Haz que cada momento cuente! Aprende a apreciar cada instante y a vivirlo al máximo como si no fuera a regresar nunca, porque nunca regresará.

Escucha tu corazón… el tiene todas las respuestas y sabe que todo, absolutamente todo, llega a tu vida en el momento justo y por una razón.