Rechaza el rechazo

A todas las mujeres de más de 40 nos ha pasado algo igual o parecido a esto alguna vez: no nos dan el trabajo que solicitamos porque no tenemos los “requisitos necesarios”; o a nuestro jefe no le gusta una de nuestras ideas porque no es igual a la suya; o un hombre nos rechaza de su vida porque no somos la “mujer de sus sueños”…

¿Qué haces tú en estos casos? ¿Dejas que el rechazo te afecte o no?

Cuando dejamos que el rechazo nos afecte lo que estamos haciendo es darle demasiada importancia a la opinión de los demás sobre lo que nosotras mismas SOMOS.

En lugar de afligirte por ser “rechazada” mejor intenta lo siguiente:

  1. Recuerda que ERES ÚNICA y no hay nadie como tú.  Nunca serás la copia de otra persona aunque otros así lo deseen e insistan en que lo seas.
  2. Reconoce tu propio valor.  Si tienes un diamante costoso y alguien insiste que es falso seguramente defenderás a capa y espada su valor. Tú eres valiosa y lo sabes, no dejes que te hagan sentir como un “diamante falso”.
  3. No pierdas la confianza en ti misma.  Tú sabes bien que tus conocimientos son tuyos y son indestructibles, así que no pierdas la fe en tus posibilidades.  Cuando conoces tu poder interno entonces tú eres la que ejerce una influencia en los demás y no al revés.  Conviértete en la luz de la oscuridad de los otros.
  4. Respétate a ti misma.  Si le das demasiada importancia a la opinión de los demás, entonces estas minimizando tu propio poder, ya que si realmente crees en lo valiosa que tú eres y en tu verdad no necesitas que alguien más te lo tenga que confirmar.
  5. Recuerda que el ser rechazado es una de las consecuencias de tomar riesgos en la vida.  Y como dicen por ahí “el que no arriesga no gana”.

¿Sabes cuantos hombres y mujeres con ideas maravillosas fueron rechazados alguna vez, pero que gracias a que creyeron en su verdad han pasado a la historia por sus valiosas contribuciones a las artes, la política, el deporte y las ciencias?

Te invito a ver la respuesta en el video que comparto a continuación y nunca olvides que la única persona que tiene el verdadero poder para decidir cuáles son tus posibilidades en esta vida y que riesgos debes tomar para vivirla a plenitud ERES TU MISMA.

¿Quién es tu Richard Parker?

Todas tenemos un Richard Parker en nuestra vidaEste domingo se llevará a cabo la edición 85 de los premios “Oscar”, en donde se premiara a lo mejor de lo mejor de la industria del cine.

Una de las nominaciones a la mejor película la tiene “Life of Pi” (traducida en Hispanoamérica como “Una Aventura Extraordinaria”), la cual es una producción del director taiwanés Ang Lee, quien nos comparte un mensaje profundo y muy bello.

Un mensaje que, en lo personal, me hizo reflexionar como pocas películas lo han hecho desde que vi “Avatar”.

Sin entrar en mucho detalle (para no arruinar tus deseos de verla, si aún no lo has hecho), “Una Aventura Extraordinaria” se trata de la relación de un adolescente hindú con un tigre de bengala llamado Richard Parker bajo circunstancias muy poco habituales.  “Pi”, el muchacho, se encuentra solo en altamar junto con la fiera creatura en una aventura de valor y redescubrimiento.

Compartir una balsa de náufrago con una creatura salvaje, en medio del océano y con provisiones limitadas, hace que Pi transforme sus miedos en oportunidades de creatividad y aceptación.  A lo largo de esta aventura, Richard Parker pasa de ser de una amenaza a convertirse en el catalizador que logra que Pi no pierda sus ganas de vivir.

Yo creo que todas tenemos un Richard Parker en nuestra vida: es ese miedo que a partir de nuestro reconocimiento se puede transformar en la oportunidad de conocernos mejor a nosotras mismas y vivir la vida que deseamos, más allá de las limitaciones creadas en nuestra mente.

Por eso te pregunto hoy: ¿qué o quién es tu Richard Parker?

¿Qué es eso que te está impidiendo crear la vida que te mereces? ¿A qué le tienes miedo?

Porque para cambiar algo, primero hay que reconocerlo.  Y en el momento en que reconozcas a tu tigre de bengala, entonces lo podrás transformar en el aliado que te ayudará a impulsarte a ser quien TÚ deseas ser.

Si tú tienes muchas ganas de…

“♪ ♫ Si tú tienes muchas ganas de reír…si tú tienes muchas ganas de reír, si tú tienes la razón y no hay oposición no te quedes con las ganas de reír…♫ ♩ ♬”

¿Recuerdas esa canción infantil? ¿Quién no la cantó en su infancia o quién no la cantó alguna vez con sus hijos pequeños o nietos?

Ahora que somos mujeres de más de 40 las invito a que hagamos de esta alegre canción nuestro “himno particular” que nos recuerde que en la vida, mientras nuestras acciones no tengan consecuencias que afecten negativamente a los demás, gozamos con el derecho de hacer todo eso que tenemos muchas ganas de hacer.

Porque a fin de cuentas somos nosotras mismas las que tenemos el poder de elegir como vivir nuestra vida.

¡Reír, aplaudir, silbar, brincar, gritar, bailar, cocinar, estudiar, abrazar, viajar, enseñar, aprender, crecer, gozar, amar, compartir…!

¿Qué tienes ganas de hacer TÚ con tu vida HOY?

¿Por qué sentimos celos?

Los celos son una manifestación del amor y la ambición reprimidos¿Alguna vez has sentido o conoces a alguien que continuamente siente que no tolera que su pareja mire a otra mujer, hable con otra mujer, o hable de otra mujer?

¿Has pensado alguna vez que tú también te mereces todo eso que otra persona posee – una casa, un auto, una pareja, un mejor trabajo, unos hijos – y que no tienes en tu vida?

Si es así, no te preocupes, no es algo de que avergonzarse ya que los anteriores son sentimientos muy comunes, y la buena noticia es que se pueden transformar.

Así es, TRANSFORMAR.  No destruir, ni evitar, ni ignorar, ni luchar contra ellos, sino transformar.

Comencemos por identificar esos sentimientos.  En los dos casos anteriores estamos hablando de manifestaciones de celos.  En el primer caso de celos posesivos.  Esta no es una emoción natural, sino una expresión del amor reprimido.

El amor que ha sido condicionado, limitado, regido por reglas y reglamentos, por rituales y restricciones, controlado, manipulado y reprimido, se convierte en algo no natural.  Se convierte en una reacción en lugar de una respuesta.

Una reacción es la del instinto, la que expresamos inconscientemente; y una respuesta es la que expresamos desde nuestra intuición haciendo uso de nuestra consciencia.

Cuando identificas esas reglas, condicionamientos y creencias negativas que has hecho parte de tu amor hacia otra persona, entonces tienes la oportunidad magnífica de cambiarlas y, por lo tanto, de cambiar tu sentimiento.  Pero primero hay que reconocer que el sentimiento existe, aceptarlo, dejarlo fluir y así comenzar a transformarlo.  No desde tu “lucha” contra la emoción, sino desde tu aceptación de que ésta vive en tu ser.

Lo mismo sucede con el tipo de celos del segundo ejemplo.  Cuando sentimos que otra persona es mejor que nosotras lo que estamos manifestando es nuestra ambición reprimida.  La ambición es una emoción natural.   Es la que hace que desees hacer las cosas de nuevo, a esforzarte más, a continuar luchando hasta lograr el éxito. Es muy saludable y muy natural sentir ambición.

Pero cuando el punto de comparación para convertirnos en una mejor versión de nosotras mismas deja de ser nuestra propia experiencia interna, y comenzamos a compararnos con otras personas, entonces se manifiestan los celos envidiosos o envidia.  La envidia es una emoción muy poco natural.

Igual que con los celos posesivos, el secreto para transformar la envidia nuevamente en una emoción consciente que nos ayude a crecer como mujeres felices está en reconocer su existencia, no luchar contra ella, y a partir de ahí, desde nuestro corazón, cambiarla en un  sentimiento constructivo.

¿Te das cuenta?  Todas tus emociones son parte de ti y tú tienes el poder de usarlas como herramientas para crear la vida que deseas, o no.

¡Es tu decisión!