¿Quién no recuerda a la Mujer Maravilla? La súper-heroína más popular de todos los tiempos, quien en los años 70s fue protagonizada por la bellísima Lynda Carter en el programa de televisión del mismo nombre.
Muchas de nosotras cuando éramos unas niñas pasamos horas y más horas girando como un trompo con los brazos extendidos con la esperanza de transformarnos mágicamente y hacer aparecer el cinturón de la fuerza, la tiara telepática, los brazaletes protectores y el lazo dorado mágico de la verdad.
Treinta años después, como mujeres de más de 40, finalmente tenemos la capacidad de darnos cuenta que en realidad hay varias maneras de ser la Mujer Maravilla:
Una de las maneras de ser la Mujer Maravilla es identificando que parte de la historia es la que resuena en tu interior…
Eres la Mujer Maravilla cuando…eres una Amazona que vive conforme a tus ideales de amor, de paz y de igualdad entre sexos en un mundo dominado por la fuerza masculina, mientras que eres la única mujer en un grupo de hombres súper-poderosos que luchan por la Justicia.
Eres la Mujer Maravilla cuando…eres una heroína con poderes extraordinarios, con gran fuerza y belleza interior y exterior, que te desplazas a una gran velocidad, eres súper-ágil e incansable y que, a pesar de todo, pretendes ser una mujer normal.
Eres la Mujer Maravilla cuando… eres una mujer que sabe utilizar las herramientas y los dones que tienes a tu alcance para reconocer La Verdad en cada situación y en cada persona.
Eres la Mujer Maravilla cuando… eres una mujer que te encuentras en armonía con la Naturaleza y que tienes una comunicación muy especial con el Reino Animal.
Otra de las maneras que puedes ser la Mujer Maravilla es comprando el disfraz y pasándote una vida haciendo todo lo que ella hace sin comprender lo que estás haciendo y el porqué lo estás haciendo.