No me malentiendas…

No hay nada más desgastante y triste que vivir la experiencia de un malentendido, especialmente cuando éste sucede con una persona querida.

A ninguna nos gusta discutir con alguien que amamos, y menos cuando al final de la discusión nos damos cuenta de que en realidad nunca existió problema alguno, sino que circunstancias externas son las que nos hicieron apreciar una situación determinada de una manera diferente.

Es que nunca me avisaste que llegarías tarde y me quedé esperándote” le reclamamos a nuestra pareja, para más tarde darnos cuenta de que nos envió un mensaje de texto (que nunca vimos) diciéndonos que estaba atorado en el tráfico.  “Te envié tres emails y nunca me contestaste mamá” nos dice nuestra hija que está estudiando lejos con lagrimas de frustración en los ojos, mientras que los mensajes han sido guardados sin nosotras saberlo en la charola de SPAM de nuestro proveedor de email.

Creo que a todas nos ha pasado algo similar en alguna ocasión y nos puede volver a suceder en cualquier momento.  La buena noticia es que los malentendidos se pueden evitar, o por lo menos los puedes hacer menos desgastantes si sigues estos tres sencillos consejos:

Recuerda la ley del espejo

Esto es lo mismo que decir “ponte en el lugar de la otra persona”.   Imagínate que estas sentada frente a la otra persona como si fueran la imagen en el espejo la una de la otra.  Ahora imagínate que alguien dice: “Volteen a su derecha”.  ¿Qué sucede?  ¡Exacto! Tu derecha es la izquierda de la otra persona.  Ni tu ni ella están “mal”, simplemente están viviendo la misma experiencia desde otro punto de vista.  Si reconoces esto te será más fácil lidiar con cualquier malentendido.

La tecnología es una bendición hasta que no lo es

¡Yo amo la tecnología! La amo porque me ayuda a mantenerme conectada con mi gente querida a pesar de la distancia.  La amo porque gracias a ella puedo conectarme con las más de 45mil mujeres que siguen este blog.  Pero la tecnología NO es infalible.  Los emails a veces se pierden en lo que yo llamo el “limbo tecnológico”, los mensajes de texto en ocasiones tardan hasta 24 horas en pasar de un usuario al otro, las líneas telefónicas pueden no conectar cuando queremos, etc.  Si estas basando la comunicación con tus seres queridos en el uso de tecnología, recuerda que esta puede llegar a fallar.  Simplemente no permitas que TUS relaciones fallen debido a eso.

Tú decides como vivir cada experiencia

Recuerda que la felicidad es una decisión y no una experiencia.  Tú tienes el poder de elegir SER feliz en una relación con o sin malentendidos.  Tu experiencia de felicidad en esa relación será el resultado de tu elección.  Elige en todo momento SER feliz y deja que los malentendidos sean simplemente eso y que NO te dicten como vivir TU vida.

Eres lo que dices

¿Sabes el poder que tienen tus palabras sobre tu identidad? ¿Sabías que lo que dices sobre ti misma es básicamente el filtro a través del cual experimentas la vida?

¡Así es! Si tu opinión sobre ti misma y tus experiencias es negativa, entonces cada situación con la que te enfrentas será por resultado negativa.

Escúchate a ti misma y las palabras que usas para describir lo que haces y lo que ERES.  ¿Usas palabras que te empoderan o que te desempoderan? Si te das cuenta que tu lenguaje está lleno de palabras negativas intenta cambiarlas por positivas y sentirás inmediatamente la diferencia en tu forma de apreciar lo que te rodea.

Cambiar tu forma de hablar puede cambiar tu vida.  Por ejemplo:

  • “Estoy deprimida” puede convertirse en un “estoy algo decaída.”
  • “Estoy sola” en “estoy abierta a encontrar el amor de mi vida.”
  •  “Estoy cansada” en “estoy recargando fuerzas.”
  •  “Estoy ocupadísima” en “estoy descubriendo mis capacidades.”
  • “Soy buena” en “soy una mujer maravillosa.”

Cambiar nuestra forma de comunicarnos sobre nosotras mismas es un proceso que puede llevar tiempo ya que implica romper con un hábito que generalmente llevamos muy arraigado.

Es un ejercicio que para empezar hace falta hacerlo conscientemente, pero que poco a poco se va convirtiendo en una nuestra manera natural de expresarnos y de empoderarnos a nosotras mismas.

¡Te invito de corazón a intentarlo… haz de tus palabras una herramienta de empoderamiento y descubre el poder que TÚ tienes para crear esta bella aventura llamada vida!

¿Sabes lo que quieres?

Esta es una pregunta que muchas mujeres nos hacemos cuando llegamos a los 40 y más: “¿Qué es lo que YO quiero… que es lo que YO deseo?

Lo que desafortunadamente sucede muchas veces cuando contestamos esta pregunta es que en lugar de decir lo que realmente queremos, nos limitamos a decir lo que CREEMOS que nos es posible alcanzar.

Al hacer esto estamos inmediatamente poniendo una barrera para llegar a tener o ser lo que realmente deseamos.  Es como si metiéramos nuestros deseos dentro de una caja que se hace cada vez más pequeña.  Sobre todo cuando permitimos que los demás tengan algo que ver con ello.

Tarde o temprano lo que siempre sucede es que nos damos cuenta que la versión de nuestros deseos dentro de esa caja no tiene nada que ver con lo que realmente deseamos dentro de nuestro corazón.  Empezamos a sentir que nos ahogamos en ese espacio limitado y a resentir a aquellos que tienen el valor de decir lo que desean mientras que nosotras seguimos encerradas en esa caja que nada tiene que ver con nuestra verdad.

¿Te suena familiar?

Para no caer en este juego de decir lo que creemos posible en lugar de lo que realmente deseamos hay que comenzar por saber qué es lo que queremos… ¿Tú lo sabes?

La verdad es que TODAS sabemos lo que deseamos.  La respuesta está dentro de nosotras mismas, pero hay que descubrirla.  Es decir, hay que quitar las capas acumuladas a través de los años de miedos, incertidumbres, estereotipos, prejuicios, tabúes y condicionamientos que no nos permiten escuchar a nuestro corazón y así conocer nuestra verdad.

Lo primero que hay que hacer es darnos permiso de desear algo.  Parece tonto, pero muchas mujeres simplemente no nos damos permiso a nosotras mismas de tener un simple deseo, porque sentimos que “no lo merecemos”.

Una vez que estamos convencidas de que tenemos el DERECHO de desear lo que queramos, hay que hacerlo EN GRANDE y sin expectativas.  Las expectativas nada tienen que ver con los deseos.  Los deseos son los que nos hacen vibrar y sentirnos vivas, las expectativas limitan y son el camino más corto hacia la decepción.

Por eso la próxima vez que te digas a ti misma “es que no se que deseo” te invito a que recuerdes que todas las respuestas existen dentro de ti y que tu corazón ya sabe lo que deseas …

¡Todo es cuestión de aprender a escucharlo!

¿Para qué?

¿Pero por qué yo? ¿Pero por qué a mí? ¿Por qué, por qué, POR QUÉÉÉ?

¿Te suenan familiares estas frases? ¿Las acostumbras usar cuándo las cosas parecen “salirte mal”?

Muchas mujeres desafortunadamente vivimos o hemos vivido alguna vez estancadas en los “¿porqués?”, creyéndonos víctimas del destino y pasándonos una vida tratando de entender la razón por la cual “nos suceden” las cosas.

La verdad es que todas tenemos derecho a vivir nuestra vida como queramos, pero si existe la posibilidad de disfrutarla en lugar de sufrirla, ¿por qué no hacerlo?

Todo comienza con tomar conciencia de que nosotras somos creadoras de nuestra propia vida.  Una vida en la cual, por principio, solamente dos cosas son seguras: (a) que un día nacimos y (b) que un día esta experiencia llamada vida va a terminar en la muerte, transición o en lo que tu creas que va a suceder al final.

Piensa en estos dos eventos como dos puntos o lugares en un mapa.  De un punto al otro puedes llegar usando miles de rutas diferentes y aun así siempre llegaras AL MISMO lugar.  Puedes elegir un camino escabroso, o uno empinado, o uno “de bajadita”, o una combinación de todo un poco.  A fin de cuentas es TU camino.  Tú eliges la ruta. Tú escoges como quieres vivir esa experiencia que es tu vida.

De la misma manera TÚ puedes escoger la razón por la cual las cosas no salen como tú quieres que salgan en tu camino.

¿Se descompuso el auto y te quedaste tirada en medio de la carretera en un día lluvioso? En lugar de quejarte, sufrir y preguntarte ¿Pero por qué a mí me pasan estas cosas? qué tal si mejor tu misma decides el PARA QUE te sucedió esa “desgracia”.  Por ejemplo, “se me descompuso el coche PARA QUE en el futuro recuerde que tengo que ser mas organizada y que debo llevarlo a su servicio cuando le toca y no solamente  cuando me lo dice mi marido”.

Si tú misma decides el PARA QUE de las experiencias que vives en tu vida, ya sean estas agradables o no tanto, entonces significa que realmente estas en control de ella y que utilizas todo tu poder creativo para SER quien TU deseas ser.

¡Porque nunca olvides que tú tienes dentro de ti misma todas las posibilidades de crear la vida que TU deseas: una vida llena de AMOR y FELICIDAD!