¡Feliz 14 de febrero!

Para celebrar este día del amor y la amistad decidí seguir la tradición del Día de San Valentín del año pasado con un video “sorpresa” en el que las protagonistas son nada más y nada menos que USTEDES ¡las amigas de 40ymas.com!

Un video con el que celebramos juntas la amistad y el amor verdadero: ese amor que es libre, generoso, compasivo y sobre todo auténtico.

Este video fue creado con mucho cariño y respeto por cada una de ustedes, las casi 38 mil mujeres maravillosas que hacen que éste sea un espacio único y muy especial.

Cómo no es posible técnicamente incluirlas a todas, la elección de las fotografías fue hecha al azar.  Así es que si no te encuentras en el video, por favor no te desalientes ya que seguramente encontraras en él a alguna de tus amigas de 40ymás con las que en algun momento has intercambiado comentarios, anécdotas y experiencias de vida.

Las invito a que todas juntas sigamos sonriendo, compartiendo, creciendo como mujeres, haciendo nuevas amistades, amándonos mucho a nosotras mismas y disfrutando plenamente de la vida.

¡Y les deseo de corazón que el amor verdadero reine en sus vidas SIEMPRE!

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5 mujeres millonarias y generosas

La generosidad es una manifestación del amor incondicional. El acto de dar, cuando tiene su origen en lo más profundo de nuestro corazón, es una de las experiencias más hermosas que los seres humanos tenemos la oportunidad de vivir, si así lo elegimos.

Y no estoy hablando solamente de dar en el ámbito de lo material, sino también de dar un abrazo, dar una sonrisa, dar un consejo, dar una caricia, dar unas palabras de aliento, dar nuestro tiempo, dar nuestros conocimientos y dar nuestro cariño a las personas que lo necesitan y a aquellos seres que amamos.

Las cinco mujeres que les presento a continuación son personalidades que seguramente ya conoces.  Lo que probablemente no sabes es que estas cinco mujeres son un ejemplo de generosidad.  Las cinco se han hecho de millones de dólares gracias a su talento, pero también se han desprendido de grandes cantidades de dinero para ayudar a hombres, mujeres y niños que han sufrido de carencias debido a desastres naturales o enfermedades.  Gracias a los donativos de ellas, y muchas otras personas como ellas, miles de vidas han sido salvadas de sufrir momentos de inmenso dolor y angustia.

Te invito a conocer quienes son y a recordar que en el DAR esta el RECIBIR.

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Tu voz: El deporte después de los 40

Yo insisto e insistiré siempre que la edad no debe ser una barrera para hacer todo eso que deseamos y que nos sirve para ser felices: ¿Encontrar el amor de tu vida después de los 40? ¡Claro que es posible!; ¿Identificar tu pasión en la vida después de los 40? ¡Por supuesto que se puede!; ¿Empezar a correr maratones después de los 40 cuando jamás en tu vida habías hecho ejercicio? Suena difícil pero SI SE PUEDE y como prueba hoy tengo el gusto de compartir un artículo escrito por una mujer que ha cambiado su estilo de vida gracias al ejercicio que comenzó a hacer después de los 40.

Elizabeth Pagola es doctora en medicina, maestra y una estudiante insaciable.  Elizabeth es mexicana y vive desde hace varios años con su esposo y sus dos hermosos hijos en EEUU. Tiene muchos talentos, entre ellos la pintura y el canto, pero algo que nunca jamás fue (hasta ahora) es deportista.  A mí eso me consta pues ¡Elizabeth es mi hermana!

Su historia es inspiradora, las dejo que la disfruten y recuerden que nuestra calidad de vida depende de las elecciones que en ésta tomamos.  ¡Las invito a elegir siempre un estilo de vida saludable y a no dejarse vencer nunca por los obstáculos, ya que estos existen solo en nuestra mente!

Soy lo que corro ó “El último es burro”

Por: Elizabeth Pagola

“¿Tú no piensas levantar la mano?” Me preguntó mi amiga al ver que no respondí a la breve encuesta del maestro.  Estábamos en una concurrida clase de teoría musical cuando el maestro, queriendo hacer una analogía, nos preguntó cuántas veces a la semana hacíamos ejercicio. “Para qué hacerlo si lo venden hecho” bromeé.

Esto ocurrió hace unos siete años, cuando aun en mis treinta y más me creía inmortal, y la persona más ocupada del mundo.  Abrumada por mis múltiples actividades contestaba “No tengo tiempo de hacer ejercicio” si la pregunta surgía, y lo acompañaba de alguna buena excusa que sólo yo me tragaba.  Así por mucho tiempo seguía transcurriendo mi sedentaria y poco saludable vida.

Debo aclarar que no soy del tipo “atlético”, sino más bien “bajita”, y mi complexión ha oscilado entre “llenita” y “gordita” desde que tengo memoria.  Digamos que la buena herencia cubana se ha notado siempre en mis curvas.  Sin embargo, no fue la herencia lo que me empezó a cobrar la cuenta, sino mi estilo sedentario de vida.  Conforme me acercaba a los cuarenta años, mi cuerpo empezaba a reclamarme el tiempo no aprovechado.  Hasta los carros necesitan mantenimiento, y yo no había invertido mucho tiempo en mantener mi “máquina” en buen estado.  Ahí les va la lista de algunos de mis achaques: La panza y otras partes bien dotadas de mi cuerpo empezaban a estorbarme.  Me costaba mucho trabajo mantenerme dormida, pasaba mala noche entre cuatro y seis veces por semana.  Me daban calambres en las pantorrillas, y siempre estaba agotada y de mal humor.  Al atardecer me daban calosfríos y una necesidad ansiosa de comer algo dulce, sin importar lo que acabara de comer.  Mi dieta no era según yo tan mala, pero mis exámenes de sangre me colocaron en la categoría de riesgo para enfermedad cardiovascular.  ¿Gripa y tos? Eran mi estado natural “Es que soy de pulmones delicados” afirmaba tontamente.  Vivía en total negación de mi condición hasta que en una ocasión el exceso de tos me llevó al consultorio de un buen amigo.  Con todo el cariño que me tiene me dictó sentencia: “Esto ya es asma, necesitas tratamiento y ejercicio para fortalecerte”.

Creo que la necedad y la negación se vencieron por la confianza en mi brillante doctor, y con todo e inhaladores me dispuse a cambiar.  Para ese entonces ya estaba acostumbrada a caminar, pues paseaba a mis perras, pero tenía que dar el cambio y empezar a correr si quería verdaderamente hacer algo por mí. “Mis papás me enseñaron a dar la cara, y no correr” bromeaba con mi deportista esposo, quien en respuesta a mis tarugadas me inscribió en una carrera de diez millas (16 km) tres meses después.

¡Diez millas! Con los tenis de la talla equivocada (que iba yo a saber de eso) me subí a la corredora el primer día y troté a un paso irrisorio.  Todo me dolía, los pies me punzaban, apenas podía respirar y me rebotaba toda la “carne” a cada paso que daba. “¿En qué carambas me metí?” pensé. La última carrera que había corrido había sido en quinto de primaria, una de esas de “¡El último es burro!” y según  me acuerdo el “burro” no fui, pero estuve cerca.  Antes de ocho minutos tuve que parar pues no podía más.  Me sentía ridícula y derrotada pero a pesar de cómo me sentí, a los dos días regresé.  Eso fue lo más difícil, pero lo hice y nunca me voy a arrepentir de haberlo hecho.

Poco a poco, los ocho minutos de convirtieron en diez, luego en veinte, hasta que pude aguantar una hora seguida trotando.  El día de la carrera terminé las diez millas sin parar, y con el título no oficial de “Reina del Mundo” pues nadie podía borrar la sonrisa de satisfacción de mi boca.  Los calambres en las piernas fueron historia, y el insomnio se fue para no volver.  Todos mis achaques fueron desapareciendo y dejaron en su lugar una bendita adicción: La carrera.  ¿Y lo mejor? ¡No estoy sola! Corriendo he conocido muchas historias como la mía de atletas “veteranas” que empiezan a correr pasados los cuarenta.

Creo que no me había dado cuenta de cómo he cambiado, pero hace unos días recibí un halago inesperado cuando mi jefa se refirió a mí diciendo: “Ella es corredora” y me pidió consejo para empezar a entrenar. ¡Si supiera que hace dos años y medio no podía trotar ni ocho minutos!  Actualmente estoy libre de inhaladores, he competido en varias carreras desde cinco kilómetros hasta tres medio maratones.  Hace unas semanas completé (a mis cuarenta años) el medio maratón (21 km) de Dallas en 2:07 con el mejor paso que he logrado.  Espero en unos días repetir la hazaña en el medio maratón de Houston, y entre mis metas está en este año correr un maratón completo.

Si pudiera hablar con la persona que era hace tres años, jamás creería lo que he logrado. Si yo pude, cualquiera puede hacerlo. Correr me hace feliz, pues lo puedo hacer sola, con mi esposo, o con amigos; no compito contra nadie sino conmigo misma.  Quiero mantenerme en movimiento, feliz y saludable.  Lo hago por mí, por mi familia, y ¿para qué negarlo? ¡Quiero correr tan rápido como muchas amigas de cincuenta y más a las que no les veo ni el polvo!

Famosas que cumplen 40 en 2011

¿Recuerdas a la más pequeña integrante del grupo Timbiriche en la década de los 80s?

¿Y quién puede olvidar a la adolescente gothic en la película “Beetlejuice” que fue todo un éxito en 1988?

¿Y te acuerdas cómo nos caía mal la malvada Brenda en la serie de televisión “Beverly Hills 90210” que fue tan popular a principios de los 90s?

Las recordamos tan bien de pequeñas que parece increíble que estas tres mujeronas: Paulina Rubio, Winona Ryder y Shannen Doherty son tres de las muchas mujeres famosas que se unen al club de mujeres de más de 40 este año.

Recordemos quienes son algunas de estas talentosas mujeres con un video que les da la bienvenida a esta edad maravillosa.

¡Un ramillete de hermosas mujeres de 40ymás!

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